Su voz fuerte y vibrante ya no se escuchará más en el certamen de belleza más sorprendente de Latinoamérica y mucho menos en los programas de Venevisión. Maité Delgado renunció.
La ex reina venezolana y presentadora tiene diez confesiones que el diario Panorama publicó gracias a un “twitcam” y plasmado en un reportaje por Nayib Canaán.
Las razones
Renuncié a Venevisión ya que por ahora ellos no pueden ofrecerme lo que yo quiero. No podía seguir esperando sentada a que llegara ese momento. El momento lo decide uno, hay que salir a buscarlo. Quiero un espacio para estar en contacto con ustedes. Fue una desición difícil, pero necesaria. Todavía no sé si hice lo correcto, pero aquí sigo”.
Los planes
“No hay planes concretos. No hay planes de irme del país. Si existiera esa oportunidad no tendría miedo. Entendí que la vida es corta y hay que vivirla con felicidad. Estoy dispuesta a enfrentar las oportunidades que el destino me tiene preparadas. Perdiendo también se gana. Cuando me di cuenta de que no era la mejor, también me di cuenta que no era la peor”.
La nostalgia
“Extraño todo de Venevisión. Los pasillos, mi gente, los compañeros. Allá todos tenían apodos como: “Zorro plateado”, “El burro”, “El pollo”, “Cabeza de parchita”, “El melón”. Un día me encontré a una señora que me dijo: “Mi hijo trabaja contigo en el canal y yo dentro de mi pensaba: “Dios mío ¿cómo le dirán al muchacho?”.
El agradecimiento
“A Venevisión en sus 50 años les deseo lo mejor. Es una paradoja que justo en este aniversario me haya ido. Estuve la mitad de esos años con ellos. Hay un dicho que dice: “No le pegues en la mano a quien te da de comer, así que yo jamás hablaría mal de Venevisión, porque allí fui libre de hacer lo que quise. Ahí nadie intentó controlarme”.
Las amistades
“Juan Gabriel me abrió las puertas de su corazón, de su vida, de su casa. Cuando él entró por la puerta de mi show me di cuenta de que cuando uno cree en lo que hace y lo sueña con el corazón, todo se cumple. Por eso digo que capaz y me vaya para Univisión. He contado con muy buenos amigos en el medio. Amigos que me han apoyado y que siguen conmigo después de 25 años.”
Los premios
“No voy a caerle a cuentos diciendo que los premios no son importantes. Por supuesto que lo son porque cotizan a uno. Aunque lo más importante son los aplausos y el apoyo de mis compañeros. hay que aprender a llegarle a la gente. Aunque no estamos cerca tampoco estamos tan lejos. Soy una mujer de metas cortas porque me gusta cumplirlas rápido”.
El reemplazo
“No estoy haciendo maletas para suplantar a Cristina Saralegui en Univisión. Mis respetos para ella y todos los profesionales de la comunicación. Nadie sustituye a nadie. Somos seres humanos únicos e irrepetibles. En la vida hay un espacio para cada quien. En el caso de Cristina y Carmen Victoria Pérez, es igual. Nadie las sustituye a ellas”.
Su sueño
“Sueño con tener una casa en la playa. Sueño con un programa en el que pueda demostrar todo lo que soy. No le tendría miedo a actuar, a cantar. No me pongo límites. Ojalá Dios me lo ofrezca. Sueño con un espacio de entretenimiento, de farándula. De política no, porque no me gusta, aunque me gustaría entrevistar al mismo presidente Hugo Chávez; debe tener un lado humano.
Los vestidos
“Al principio no tenía muchos “churupos” y todo lo que me ponía era prestado. Luego hubo un momento en el que pude comprarme los míos propios y comencé a tener más amigas y familiares que me querían más de lo normal. En mi casa se hizo famoso el día de la caja.
Y es que yo hago una caja para mis amigas y primas, les regalo los vestidos que me pongo dos o tres veces, porque en este medio no se pueden usar más de esas veces. Los trajes quedan intactos. Prefiero reciclarlos porque siempre va a haber alguien que los necesite.
Es dejar el espacio libre en la casa para que entren otros vestidos que todavía sigo prestando. Los tres o cuatro vestidos que me pongo en el Miss Venezuela no son míos. Son de Álgel Sanchez. Por mi casa ni pasan. De su taller van al poliedro y del poliedro a su taller. Además son trajes muy voluptuosos”.
El Miss Venezuela
“Cada año lo viví como si fuese el primero. estar o no ahí no depende de mí. Ya escuché a Joaquín, por quien siento un amor eterno, ¿Quién no quiere estar en el Miss Venezuela aunque sea una vez”. Es su desición y sea cual sea la aceptaré y respetaré. Si me llaman, voy, y si Dios no me permite estar ahí, sabes Joaquín que estaré y cuentas conmigo incondicionalmente. Si no lo animo lo veré en mi casa comiendo cotufas. Si no estoy no será igual sin mi, no quiere decir que vaya a ser mejor o peor. Sería diferente. Aunque si tuviera que proponer a una animadora, pondría a Nora Suárez. Ella dignificó mi carrera”.
Tiene 44 años y durante 25 años formó parte de la familia de Venevisión. Participó en el Miss Venezuela en 1986 y ha sido la única concursante a la que le exigieron comer de más para ganar peso y “curvas”.
En enero, estuvo celebrando en Miami los 50 años del canal donde forjó una carrera en la tv. Compartió con la doctora Nancy Álvarez del programa ¿Quién tiene la razón? Fue la última actividad que compartió con conocidas caras del canal venezolano y que acudió como estrella de tv.