Los Ángeles, California Estados Unidos.
La actriz América Ferrera vivió una infancia feliz pero sin demasiados lujos en Los Ángeles, ya que su madre tuvo que sacar adelante a sus seis hijos -la intérprete era la menor de todos ellos- con un único salario después de que el padre de los pequeños regresara a Honduras, su país de origen, tras divorciarse.
'Fue una lucha continua. Mi madre tenía un trabajo muy decente en el hotel Hilton, donde era directora del departamento de limpieza. Era un puesto ejecutivo, así que tenía un salario decente, pero en mi familia solo entraba un sueldo y éramos seis hermanos', revela la actriz en una entrevista para la revista Nexos, en la que sin embargo insiste en que guarda muy buenos recuerdos de aquella época gracias al ambiente de comunidad que reinaba en su barrio.
'No conozco a nadie que deje a sus hijos de 10 años agarrar la bici e irse fuera de casa durante nueve horas, pero así era como nosotros pasábamos el verano. Crecimos en las calles junto a nuestras bicis y nuestros vecinos, metiéndonos en pequeños líos'.
A pesar de tener que compaginar el trabajo con el resto de obligaciones como cabeza de familia, la madre de la actriz educó siempre a sus hijos de forma estricta y sin permitirles meterse en problemas.
El ambiente en el que se crió América no era precisamente el más adecuado para soñar con convertirse en una estrella de Hollywood, por lo que la noticia de que ella quería convertirse en una fue acogida con 'escepticismo' y preocupación a partes iguales, aunque nadie osó interponerse en su camino.
'Me encontré con el escepticismo y el desánimo por parte de mi familia y mis amigos. Me aconsejaron que tuviese un plan B. Como era joven, ingenua y soñadora, decidí ignorarlos'.
