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La dama de los mil talentos

  • Actualizado: 16 octubre 2010 /

Linda Concha de Folgar, impulsora del grupo Silver Star, se confiesa con Vivir en Rosa.

    Resguardada en su residencia, un verdadero palacio de buen gusto y exquisito arte, así encontramos a la legendaria Linda Concha de Folgar, una dama limeña cuyo nombre ha traspasado fronteras gracias a su talento.

    Descendiente de una de las familias más arraigadas a la tierra del oro verde y viuda de uno de los hombres más influyentes de La Lima, esta mujer concedió una entrevista a Vivir en Rosa luego de esperar a que su agenda nos diera tiempo para ello.

    Justo en el corazón de La Lima vieja nos recibió con una amplia sonrisa y nos hizo disfrutar de una mañana inolvidable e incomparable. Nos contó muchas anécdotas de su juventud y de lo que es hoy la impulsora del famoso grupo Silver Star.

    Polifacética

    Lo que pocos saben es que Linda Concha es una mujer de múltiples talentos. En la vida se ha destacado como empresaria, experta en gerencia, compositora de canciones, jardinera, decoradora de interiores y exteriores, karateca y su más grande secreto: pintora.

    Sus padres fueron Vicenta Rodríguez, de Azacualpa, Valle, y Jorge Martínez de Olanchito, Yoro. Nació en La Lima y toda la vida ha vivido aquí y se siente orgullosa de esa ciudad.

    ¿De dónde viene tanto talento? “Creo que por mi madre, ella sin haber estudiado belleza en la casa cortaba pelo, hacía permanentes y sin cobrar. También costuraba. Mi padre fue empleado de la Tela Railroad Company. Era plomero.

    A los 19 años se casó con Raúl Folgar con quien procreó un único hijo, bautizado con el mismo nombre de su padre.

    Linda Concha recuerda que comenzó como costurera y con los años perfeccionó esa destreza y “me convertí en diseñadora de modas para las misses como Rosa Eva Castillo, Jackqueline Herrera y otras más. También muchas damas de la alta sociedad de antaño”, revela.

    Asimismo, tenía una sala de belleza porque estudió en México con el famoso estilista Marcelo del Castillo del Distrito Federal. Al mismo tiempo, fundó uno de los clubes más prestigiosos de la época del ayer en la zona norte: La Roca, un bailable y restaurante donde en ese tiempo era lo más prestigioso y caro. “La entrada costaba tres lempiras por persona, toda una fortuna”, afirma.

    Artista por doquier

    Gerenciando La Roca se adueñó de Silver Star hace más de 35 años. “Nosotros le hicimos el favor de comprar instrumentos al recordado Wilfredo Osorio y de ahí comenzó Silver Star de la mano de los Folgar. Ya existía porque la banda tiene 54 años de fundación pero comencé como socia y al final como dueña.

    Con el paso del tiempo y gracias a su inspiración, compuso 18 melodías para la banda, las cuales lograron ser todo un suceso e íconos de nuestra cultura musical, tales como “El pato y la gallina”, “Linda ya no te aguanto”, “La carne asada”, “El lechero” y la famosa “Catalina, la coja”.

    Para hacer todas esas canciones cuenta que “de repente se me ocurren de anécdotas y de algo y me pongo a escribir. Con “El pato y la gallina” me inspiré en los animalitos que me gustan.

    Pero pasaron los años y se aburrió de coser, de la estética, del club La Roca y se fue a Estados Unidos a sacar unos cursos de diseño de interiores y exteriores, y luego a México para aprender sobre texturas de paredes y cielo. Ahora se dedica a eso. Una nueva pasión en la vida de la legendaria Linda Concha.

    Lo de la pintura lo trae en las venas, es autodidacta y lo viene haciendo en sus ratos libres desde que era una adolescente. “Yo era la que hacía las caricaturas del periódico del instituto Patria en ciclo común y luego me gradué de perito mercantil y contador público en el instituto San Vicente de Paúl.

    Agradecida

    Mi inspiración para hacer tantas cosas es mi familia, mi hijo y lo feliz que soy porque la vida me ha tratado bien.

    En sus años de juventud tuvo muchos admiradores pero sólo un único amor, Raúl Folgar, con el que se casó a los 19 años “y estuve casada con él durante 33 maravillosos años. Él falleció hace 17 años y desde ahí me he dedicado a trabajar, a mi hijo Raúl Folgar y mi nuera Dilian.

    Hace más de quince años no daba una entrevista. La primera y única que había concedido en toda su vida fue cuando ganó el primer lugar por componer la canción dedicada al carnaval de La Ceiba, donde compitió con 84 compositores más.

    A Vivir en Rosa le dio este segundo honor. “Soy de las personas que hago las cosas y no me gusta jactarme . Soy muy tímida y me gusta la paz que me da mi hogar”, revela.

    Actualmente tiene varios proyectos. “Me estoy graduando el 5 de diciembre de la carrera de inglés en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán y continuaré trabajando y haciendo todo lo que me gusta hasta que Dios me dé vida. A nadie le gusta decir la edad pero si les confieso orgullosa que tengo 67 años y que mi aniversario es el 1 de junio”.

    A sus casi setenta años, Linda Concha se mantiene lozana, hermosa, jovial y muy activa, logrando desempeñar muchos roles en su vida, viajando mucho y tratando de disfrutar a plenitud de este tiempo.

    Entre nostalgia, esta dama dice que “mi vida familiar es muy integrada, cuando mi unico hijo se casó, yo gané una hija. Con mi esposo fue increíble, “un amor de Dios”. Todo el mundo lo quería por su carisma, bondadoso y lo mejor que me ha tocado vivir es mi matrimonio y mi familia. Extraño del ayer la juventud feliz que tuve con Raúl y los tiempos en que se podía disfrutar sanamente”.

    Hace seis años que no compone una canción y mucho tiempo más que no diseña, pero sí se embellece, mantiene hermoso su hogar y tiene una aptitud envidiable ante el futuro que se ha forjado con ahínco.