El ahorro tiene como propósito sacrificar un consumo actual para disfrutar de un consumo futuro, aunque muchas personas piensan que es igual a invertir.
La inversión implica un riesgo que hay que estar dispuesto a correr si se quiere tener un negocio fructífero en el futuro.
Los expertos aseguran que existe una regla implícita para la inversión: tener un objetivo.
Es importante poner las ideas en claro y tener prioridades, es decir, debe pensar si prefiere unas vacaciones o un patrimonio para sus hijos; si prefiere comprar televisores y otros aparatos o poner el dinero en una cuenta aparte para su retiro.
Está comprobado a través de muchos estudios que la mayoría de las personas que reciben un sueldo mensual gastan casi todo su salario en cosas que realmente no son necesarias y terminan perdiendo su dinero.
Beneficios y riesgos
Aunque las palabras ahorrar e invertir en ocasiones parecen sinónimos, establecen dos actitudes diferentes.
Ahorrares privarse de algunos placeres para tener algo luego, sin embargo, puede funcionar como un respaldo de sus inversiones.
Por otra parte, el riesgo que implica la inversión es elevado ya que pueden enfrentarse riesgos de pérdida temporal o variantes del mercado financiero.
El ahorro inicial puede formar una base para tomar diversas determinaciones desde una posición de fortalecimiento inicial.
El dinero ahorrado genera bajos intereses, pero los expertos aconsejan que si ésa es su decisión, busque un banco de prestigio o una empresa sólida donde poner su dinero, haciendo una previa y meticulosa investigación de ella.
En algunos de estos casos, la tasa de interés puede ser variable y al momento de cobrar los intereses puede haber sufrido una disminución de lo pactado en un primer momento, según lo que dictamine el mercado bancario y sus variaciones. Pero el capital inicial no sufrirá cambios.
Es probable que usted se pregunte: ¿Cómo puedo ahorrar si apenas me alcanza el dinero? Los expertos recomiendan que al dinero hay que ponerle nombre y apellido, es decir, designarlo exclusivamente para un fin y hacer cuenta y caso que no le pertenece.
Luego viene quizá la tarea más difícil: escribir sus ingresos y egresos.
Empiece escribiendo los ingresos: salario, intereses, ayuda familiar, etc. Continué con sus gastos, incluyendo desde luego los pagos en efectivo.
Si se ha olvidado de los detalles, puede por lo menos anotar el monto total del dinero en efectivo sacado del banco, pero no será sino hasta el próximo mes cuando sabrá con exactitud dónde lo ha gastado.
Entonces si usted ha tenido una mayor lista de ingresos que de egresos, es hora de apretarse la faja.
Reduzca los pagos de la casa, prívese de encender tantas luces o derrochar agua. Busque financiamientos de intereses bajos, es decir, conozca cuál es su mejor opción con respecto a las tarjetas de crédito.
Haga un presupuesto y ahorre todo lo que pueda o invierta su dinero en algo que le produzca buenos dividendos.
Piense a lo grande y haga sus ajustes o tome los riesgos.
