23/12/2025
12:13 AM

Hechas por la diferencia

Dicen que lo raro es pariente de lo feo, pero esta premisa no aplica a las modelos, pues algunas han logrado destacar precisamente porque no se parecen a ninguna otra.

Dicen que lo raro es pariente de lo feo, pero esta premisa no aplica a las modelos, pues algunas han logrado destacar precisamente porque no se parecen a ninguna otra.

Ejemplos claros son la española Madeleine Hjört y la sudanesa Alek Wek.

Aunque no son mujeres feas, lo cierto es que no encajan en el prototipo que tenemos de lo que debería ser una modelo: chicas delgadas, con rostros de muñeca que cuando participan en un desfile de moda, pareciera como si flotaran.

A las que nos referimos tienen rostros andróginos y ángulos fuertes que las han hecho el centro de atención donde se presentan.

El hecho que hayan sobresalido en el competido mundo del modelaje no significa que vayan a cambiar los cánones de belleza sobre las pasarelas, pero ellas pueden darse el lujo de decir que son la excepción de la regla.

Madeleine Hjört

Esta maniquí fue criticada cuando inició su carrera porque su andar semejaba “pasos de militar”: firmes y fuertes, con los que parecía querer romper el piso.

Aunque ha suavizado su estilo, éste sigue sin ser similar al de sus colegas. La Hjört debe su singular y anguloso rostro a sus orígenes, una mezcla de sangre sueca y española que corre por sus venas.

También ha destacado por sus larguísimas piernas, increíble estatura de 1.84 metros y rostro sumamente fotogénico.

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Para Alek Wek, lucir diseños de los más grandes creadores de la alta costura es una costumbre diaria.

Fue musa de la alta costura de Valentino y ha protagonizado las campañas de publicidad de Helmut Lang, Yves Saint Laurent, Jill Stuart, Saks Fifth Avenue y Mango, entre otras.

Su madre siempre apostó por sus cualidades como modelo. De hecho, cuando era muy pequeña, la llevaba a algunos castings con lo que ganó experiencia y contactos para avanzar en este deshumanizado ámbito.

Alek Wek

Por su parte, esta sudanesa, junto con la modelo Imán, son de las pocas mujeres africanas que han caminado por una pasarela y han logrado triunfar en el mundo de la moda.

Posee una belleza exótica, gracias a la cual ha participado en varias ediciones de las Semanas de la moda de París y Milán, donde sus características físicas inconfundibles la han hecho destacar entre el resto.

Ella nació en 1977 en la tribu Dinka del sur de Sudán, donde la llamaban “La vaca blanca y negra”, apodo que hacía alusión a un símbolo de la buena suerte de su pueblo.

Luego de una serie de acontecimientos trágicos ocurridos en su familia, distintas emigraciones y, finalmente, su reconocimiento como refugiada británica, se estableció en Londres, Inglaterra, con su hermana menor de 9 años.

Fue allí donde un día, mientras compraba algunas cosas en un mercado, un caza-talentos le propuso trabajar para la agencia Model One.

Su distinción y elegancia hicieron que recibiera varios galardones: La Venus de la Moda de París, MTV Model of the Year en 1997 y Modelo de la Década por la revista I-D.

Fuera de las pasarelas, Alek, quien ha sido imagen de campañas para Clarins, Clinique y Moschino, entre otras firmas), es también activista del Comité americano de Apoyo a Refugiados.

Cada una de estas dos modelos, tiene el exotismo y la magia del triunfo.

Sigue

Madeleine y Alek se han sabido desempeñar como grandes top model en el mundo, opacando a otras de gran belleza.

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La belleza de Hjört no es su mejor arma, pero sí la llave para abrir puertas.