La actriz Priyanka Chopra se ha sincerado sobre las razones que la impulsaron a dejar su país natal, India, y la lucrativa industria de Bollywood hace ya algo más de una década.
Al margen de que firmara su primer contrato profesional en Estados Unidos allá por 2011, que en principio prometía convertirla en una estrella musical, la intérprete decidió cambiar de aires fundamentalmente por el trato desfavorable que habría recibido por parte de directivos y compañeros de la escena cinematográfica patria.
“Me estaban empujando a una esquina de la industria. Había gente que no me daba papeles por razones... Tuve enfrentamientos con algunas personas. Acabé cansada de la política del sector y me dije: ‘Necesito un descanso’”, ha revelado la esposa del cantante Nick Jonas a su paso por el podcast ‘Armchair Expert’ que conduce el también actor Dax Shepard.
La que fuera protagonista de la serie ‘Quantico’, de 40 años, no ha querido ahondar demasiado en la discriminación sufrida, pero también ha reconocido que la perspectiva de destacarse en la escena musical norteamericana tampoco la seducía en un principio.
Su verdadero sueño pasaba por hacer cine, lo que finalmente consiguió, y no dudó en aprovechar ese trampolín musical que le ofreció el sello Interscope.
“Lo de la música me dio la oportunidad de salir y ver otra parte del mundo, pero no rodar las películas que quería hacer. Pero me cansé de tener que agradar a ciertas personas y tener que ser servil, así que dije: ‘A la mier**, me voy a América’”, ha rememorado.
La afamada artista sigue, no obstante, muy vinculada a su país y no duda en aprovechar cada ocasión que se le presenta para presumir de su cultura y gastronomía, así como de la hospitalidad de sus gentes.
Hace cuatro años, Priyanka y Nick contrajeron matrimonio en la India y organizaron para ello un multitudinario festejo de tres días de duración, marcado por el colorido y la alegría que se desprenden de las tradiciones y ritos del país.
Sin embargo, en tiempos recientes la figura de Priyanka Chopra ha sido muy cuestionada a nivel doméstico, al parecer por su negativa a posicionarse públicamente sobre los asuntos más polémicos de corte político y social.
Ella ha justificado siempre esa equidistancia con su derecho a la privacidad y, especialmente, con la convicción de que, diga lo que diga, acabará recibiendo un aluvión de críticas.
“Siempre va a haber gente que te reproche que no hayas dicho nada sobre algo, o que reclamen que lo digas. Y siempre es igual, nunca vas a agradar a todo el mundo”, explicaba recientemente a la BBC.
