A un año y medio de haber debutado como papá de los gemelos Matteo y Valentino, Ricky Martin afirma que no hay amor más desinteresado que el que ofrece un hijo.
“A quien no es papá le recomiendo la experiencia, hace madurar a cualquiera y te ubica como un ser humano más, en la tierra, y te obliga a ser responsable. Los hijos te dan el amor más desinteresado que cualquier otra persona, porque es el amor sin condiciones, no hay un interés de por medio, no hay un contrato de por medio, no hay nada que los obligue ni que te obligue a amarlos... mis hijos son una bendición de la vida”, asegura el cantante puertorriqueño.
Ricky, de 38 años, procreó a los pequeños por medio de una madre subrogada, y conforme han crecido, ha descubierto que su amor paternal es más fuerte que cualquier otro.
Entrega total
“El amor que me dan ellos no lo cambio por ninguno, son mis grandes amores. Ahora soy feliz cambiando pañales, bañándolos, haciéndoles de comer. Soy papá de tiempo completo”, añade.
Y como cualquier padre, hace lo que puede por ofrecerles bienestar y tranquilidad.
“Me importa su salud, darles lo que necesitan. El mundo es una revolución constante y con todo lo que sucede, me siento lleno y obligado a velar por ellos”.
Luego de su visita a Haití, para familiarizarse con el desastre provocado por el terremoto, y tras su participación en el teletón de estrellas, Ricky piensa mucho más en la salud y en la tranquilidad como una bendición.
“¿Qué puedo decir? Es tan triste, tan terrible lo que sucedió. Hago lo que puedo e invito a la gente a que haga más, a que ayude a la gente de Haití”.