La lectura es indispensable para el desarrollo intelectual de los niños. No importa si los pequeños saben leer, lo que cuenta es que conozcan desde sus primeros días de vida la importancia de los libros.
La mejor manera en que los padres pueden ayudar a sus niños a ser buenos lectores es simplemente leyéndoles, aunque ellos sean muy pequeños, explica la pedagoga Esperanza Gómez.
Cuando los adultos leen en voz alta los niños aprenden muchas cosas como hablar, poner atención, reconocer sonidos, hasta desarrollar sus fantasías.
El mejor inicio
Los padres pueden empezar a leerle a sus hijos desde que están en el vientre o inmediatamente después de nacer.
Ellos no entenderán una historia o un cuento, pero sí disfrutarán escuchar la voz de sus padres.
Una técnica sencilla y funcional es comprarles libros ilustrados para que miren las imágenes y recreen en sus mentes un mundo de color y fantasía, dice la pedagoga.
Historias cortas
Los niños de edad preescolar disfrutan libros que contienen historias cortas, al mismo tiempo que contienen información sobre el mundo que les rodea.
Los cuentos tradicionales son una buena opción, son sencillos y contienen historias que dejan siempre un mensaje para toda la familia.
La especialista en educación dice que los niños se benefician más cuando sus padres demuestran entusiasmo al leer un cuento, discuten las historias con sus hijos, los ayudan a identificar letras y palabras y usan el dedo índice debajo de las palabras para que puedan seguir la historia al mismo tiempo. Además, tienen que darles el ejemplo, leyendo siempre frente a ellos.
Muy útil
Es importante que los padres mantengan libros en la casa para que los niños puedan elegir sus favoritos. Además, deben fijar una hora para leer antes de ir a la cama.
Ayúdele
La lectura diaria hace que los niños inventen sus propias historias. Para ayudarles dígales que corten fotos de revistas y de la familia o que dibujen lo que imaginan del cuento.