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Cuide su imagen, evite estos actos

  • Actualizado: 30 junio 2011 /

¿Le ha pasado estar en una reunión importante o en medio de un acto público y, de repente, sentir deseos incontrolables de toser, bostezar, estornudar o escupir?

    ¿Le ha pasado estar en una reunión importante o en medio de un acto público y, de repente, sentir deseos incontrolables de toser, bostezar, estornudar o escupir?

    Estos actos perfectamente naturales y comunes pueden volverse una tortura cuando atacan en los momentos menos adecuados y causar situaciones embarazosas que dejen una mala impresión suya. Si no puede evitarlos, siempre hay una forma elegante y discreta de salir airoso y no quedar como una persona descortés.

    Hay reglas básicas que debe seguir si de proyectar una imagen de civilidad y limpieza se trata. Por ejemplo, a menos que esté muy enfermo, absténgase de toser lo más posible, y sobre todo guárdese de hacerlo en la mesa, cuando habla con alguien o cuando alguien le dirige la palabra.

    Hay otro detalle que para muchos puede pasar desapercibido, pero no para quien observa: al hablar, trate al máximo de no echar saliva sobre la cara de aquellos con quienes platica; está de más decir que es algo sumamente incómodo.
    Recuerde que gestos tan sencillos pueden comprometer la imagen que proyecta.

    Bostezar

    4 consejos que le evitarán vergüenza

    El bostezo se caracteriza por ser un poderoso mensaje no verbal con varios posibles significados, dependiendo de las circunstancias.

    Puede ser un indicador de cansancio, estrés, exceso de trabajo o en algunos casos de aburrimiento. Estos cuatro consejos le serán de utilidad si usted es de los que no pueden controlar los bostezos:

    1. Los bostezos son contagiosos y hay que tratar de disimularlos poniendo la mano delante de la boca y evitando todo ruido.


    2. Es cortés abstenerse de bostezar en presencia de otros, sobre todo con personas a las que se debe respeto, ya que es señal de que nos aburre su presencia o su conversación o de que se les tienen en poca estima.

    3. En caso de necesidad, deje de hablar, cúbrase la boca con la mano o el pañuelo y póngase un poco de lado para no ser visto por los otros al hacerlo.

    4. Procure, sobre todo al bostezar, no hacer nada inconveniente; no se debe bostezar excesivamente; es incorrecto hacerlo con ruido y mucho más el estirarse y erguirse al hacerlo.

    Escupir

    No incomode a los demás

    Escupir con demasiada frecuencia y sin necesidad no sólo es descortés, sino que incomoda a todos. Si no puede evitarlo y está en compañía de otros en un local cerrado, escupa en su propio pañuelo, volviéndose un poco de lado; es mucho más necesario estando en la iglesia. Después pliegue el pañuelo enseguida sin mirarlo y métaselo en el bolsillo.

    Es descortés escupir por la ventana, en el fuego, contra la chimenea o en cualquier otro lugar en el que no se pueda pisar el esputo.

    Toser

    Trate de dominar la tos durante los sermones, conciertos, en el teatro y mientras le hablan. A veces es imposible dominar la tos, pero, en ese caso, hágalo poniendo el pañuelo delante de la boca para ahogar el sonido, o sálgase de la iglesia o de la sala de concierto. Pero a veces se tose por nerviosismo, porque contagia el vecino, y si no, fíjese cómo, en la iglesia, si tose uno, tosen cinco. Si está resfriado, tenga la precaución de llevar unas pastillas.

    Estornudar

    ¿Qué es recomendable?

    Hay que aprender a evitarlo con un esfuerzo difícil de explicar y que consiste en cerrar la boca y aspirar; hay que ejercitarse en ello.
    Después de estornudar, asegúrese de tener su nariz siempre perfectamente limpia.

    Si no puede evitar el estornudo, hay que volverse del lado contrario del vecino y ponerse el pañuelo delante de la boca.

    No haga esto: evite al máximo hacer ruidos sospechosos con la nariz, pues es desagradable y revela poca educación.

    Al sonarse hay que hacerlo con discreción, suavemente y volviéndose del lado contrario a nuestro interlocutor o vecino. Si está en la mesa, no hay que sonarse ni estornudar mirando al plato, sino volviendo un poco la cabeza.

    El pañuelo es una prenda de mucha utilidad en caso de que esté resfriado. Procure tener uno a mano para no tener que pasar por situaciones vergonzosas en caso de un fuerte estornudo.

    ¿Sonreír o reír a carcajadas?

    Cuándo sólo sonreír: para resultar simpático y atractivo, debe sonreír. Esto demuestra que es alegre y está contento. Y la alegría, como es comunicativa y contagiosa, establece una corriente agradable entre el que la reparte y el que la recibe.

    Así que acompañe sus palabras y gestos con una sonrisa, pero no tan exagerada que resulte empalagosa.

    Cuándo no conviene sonreír: no sonría mientras lo reprenda su jefe o un amigo porque esto sería una burla impertinente, un desprecio a los consejos que le están dando. Tampoco se secretee con otros ni sonría misteriosamente ocultando a los demás el motivo de su risa, pues esto puede acarrearle fama de burlón y antipático. La risita misteriosa, aunque no sea burla, siempre molesta a los que ignoran el motivo que la causa.

    Cuándo reír abiertamente: si está entre amigos y alguno cuenta un chiste, ría alegremente cuanto quiera. Si está en el cine y ve una película graciosa, ríase cuanto quiera, pero no demasiado fuerte porque las risas y carcajadas estrepitosas son propios de personas con malos modales. Si se cae una amiga suya o si ve a alguien tropezar, domine su risa, pues reírse de la mala suerte ajena es una falta de educación. Tampoco es de buen gusto mofarse de los defectos físicos de las personas que lo rodean.