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Berlinale sucumbe a la tempestad de Scorsese

  • 13 febrero 2010 /

El director Martin Scorsese desató la primera tempestad mediática y cinematográfica de la Berlinale al frente de “Shutter island”.

El director Martin Scorsese desató la primera tempestad mediática y cinematográfica de la Berlinale al frente de “Shutter island”, un filme que arranca como thriller y deriva en inmersión en la locura, apuntalado en la grandeza de Leonardo DiCaprio.

Con “Shutter island” llegó el hasta ahora único bombardeo serio de flashes bajo el cielo berlinés y lleno absoluto ante el estreno de la tormentosa cinta de Scorsese, exhibida fuera de concurso, pero plato fuerte de su sección oficial, al menos en lo que a despliegue mediático se refiere.

DiCaprio regresó como astro-rey a la alfombra roja, 10 años después de acaparar flashes con “La playa” y dispuesto a desatar su segunda tempestad, custodiado Ben Kingsley, Mark Ruffalo y Michelle Williams, sus compañeros de reparto, y presididos por Scorsese.

“Pertenecemos a generaciones distintas, pero hace 10 años que trabajamos juntos y hemos alcanzado nuevos niveles de cooperación, a lo que se une la increíble madurez artística de Leonardo”, afirmó el director, abriendo la ronda de elogios mutuos y recordando su trabajo conjunto en “Gangs in New York” y “The aviator”.

“Ya no soy tan joven, pero cuando sí lo era entendí que habría que estar loco para desaprovechar la oportunidad de trabajar con Scorsese. Hemos desarrollado una especie de camaradería”, redondeó DiCaprio.

Además
En la madurez interpretativa de un DiCaprio que sigue sin haber borrado los contornos adolescentes de su rostro se sustenta el tormentoso Alcatraz psiquiátrico en que Scorsese coloca a su actor. Teóricamente se trata de desenmascarar a psiquiatras de alma nazi, tan sedientos de experimentar con su cerebro como con cualquiera de sus pacientes/reclusos.

A más tardar con “Alguien voló sobre el nido del cuco” quedó claro que es más fácil salir de la cárcel de alta seguridad que de un manicomio. La pregunta es cuántos viajes de ida y vuelta entre realidad y locura caben en un filme, cuántos huracanes, cuántas torturas internas y quién es quién en el falso thriller.

“Era un desafío, un filme que exigía mucha empatía, mucha emoción de todos. Por suerte, estábamos en buenas manos”, afirmó Ben Kingsley, otro amigo fiel de la Berlinale, como el propio Scorsese, quien dos años atrás provocó otra tempestad mediática en la apertura del festival acompañado de Rolling Stones y su “Shine a light”.