26/04/2024
09:31 AM

Las confesiones de la Dra. Ana María Polo

  • 06 marzo 2016 /

La presentadora de Caso Cerrado, que ha logrado mantenerse 15 años en la pantalla chica, además de acumular un sinfín de seguidores en las redes sociales, ahora desea que su público la conozca más de cerca a través de su nuevo portal web.

Miami, Estados Unidos

La doctora Ana María Polo llega cada tarde a la pantalla chica con su firme martillo y su peculiar estilo. La abogada cubanoamericana, que impone justicia para quienes la buscan en 'Caso Cerrado', ofreció una entrevista al 'Diario Las Américas' sobre su trayectoria, la industria que le abrió las puertas a la fama y lo que considera importante.

Ha creado este espacio virtual, , para que su público la conozca mejor, ¿cómo es el mundo de la doctora Ana María Polo?

Los mundos de los seres humanos son individuales y particulares. El mío gracias a Dios, lo he estado compartiendo por casi 15 años con un vasto público, que siempre tiene un interés en mi trayectoria, mis opiniones, mi criterio y en mi forma de analizar las cosas. Pensé que era un buen momento para crear este portal y expandir mis áreas de interés. Soy humanista ante todo. Creo que el ser humano es el principal ocupante de esta tierra y tiene derechos indelebles. Entonces eso es importante para mí, pero también me encantan las artes, la moda y todos los temas de interés.

¿Cómo es un día en la vida de la doctora Polo?

Mis días comienzan temprano y varían mucho porque dependen de las temporadas de grabación. Cuando estamos en ciclo de producción son muy ocupados. Me preparo, leo cinco o seis periódicos digitales en la mañana, algunos de papel porque todavía me gusta el papel. Luego voy al estudio y me reúno con los productores. Siempre tratamos de desarrollar ideas nuevas, porque sabemos que esta es una industria súper exigente, y que el público está acostumbrado a estímulos constantes. Uno tiene que estar arriba de la bola, creando, innovando y buscando la forma de enviar el mismo mensaje de diferentes maneras. Cuando no estoy en temporada, tengo un poco más de respiro, me dedico más a mí. Voy a los médicos y hago mis cosas. Me reúno con mi familia y llevo una vida normal como cualquiera.

Ya son 15 años al aire con Caso Cerrado, ¿a qué amerita su éxito?

Si tuviera la respuesta clara y contundente, entonces tuviera la fórmula para hacer mil programas exitosos, y no es así. Se puede tener todos los elementos para hacer algo exitoso, pero en la televisión se necesita uno más. Y es uno que el ser humano no controla, y se llama magia. Hay algo de magia en los programas exitosos de la televisión. No sé, creo que al público le gusta la variedad de casos que tenemos. Creo que ese sería el gran secreto de Caso Cerrado, que se ha mantenido relevante durante 15 años. Creo que mientras sea relevante, el público lo va a querer.

¿Considera que su personalidad haya aportado ese toque especial al programa?

Puede que sí, que sea esa combinación de los casos junto con mi forma de analizarlos. Soy un poco jocosa y algunas veces tiendo a ponerle humor a las cosas, porque considero que el buen humor es parte de la vida. Eso quizás sea parte de lo que a la gente le gusta, esa mezcla de los casos y la manera como los manejo. De cualquier forma, me siento tan agradecida y bendecida de haber podido realizar algo así. Yo no vengo de esta industria. No tengo conexiones, no tengo amiguitos, ni padrinos ni madrinas. He luchado 15 años con un equipo extraordinario, con gente dedicada que todavía cree en el proyecto.

¿Qué ha aprendido del mundo de la televisión durante estos años?

Es una industria muy interesante. Yo tiendo a mirarla todavía como si fuera abogado practicante, y la analizo desde ese punto de vista. Es una industria muy fuerte y dura, en la que un cambio viene tras otro. Siempre están buscando nuevos productos, y es muy complejo mantenerse en ella. Todos vienen con ideas frescas, y piensan que las suyas son mejores que las que están en pantalla. Entonces hay que luchar continuamente para probar que eres relevante, que el público te quiere, y que mereces estar en la televisión. Por otro lado, lo que ofrece si llegas a triunfar, también es maravilloso. Es muy difícil, pero vale la pena.

Siempre envía un mensaje esperanzador después de emitir su decisión, ¿qué cree que sea lo que más necesita la sociedad de hoy en día?

Sin duda alguna: esperanza. Hablamos mucho de que tenemos un pensamiento positivo, pero realmente, la esperanza es una de las cosas que más necesitamos en la vida. Si nos involucramos solo en lo cotidiano, perdemos el brillo, a dónde vamos, qué es lo que realmente queremos. Nos perdemos. Entonces creo que es alentador mantener un sentido de esperanza, en medio de las desgracias que vivimos y la ineptitud del ser humano de comportarse apropiadamente ante los obstáculos. Al final, mi programa es una resolución de conflictos. Y creo que eso da esperanza al tener una visión positiva de la vida.

También es amante de la música, ¿qué lugar ocupa en su vida?

Para mí es muy importante. De hecho, pensaba que llegaría a la televisión a través de la música, porque yo compongo sin tener educación musical académica. Compuse el tema de Caso Cerrado. Cuando empecé en el programa, mucha gente me pedía que escribiera. Me llamaban para hacer una colaboración, y yo decía: no me ha llegado la inspiración. Hasta que me llegó la musa del tema musical del programa. Ahora para el website también compuse una canción. Todos los días, agarro la guitarra, canto un poco y escucho algunos acordes o alguna melodía, y le dedico un poco de tiempo.

¿Cómo se llama el tema que compuso para el website?

Se llama Uno está ahí. La letra dice así: uno está ahí donde están sus pensamientos, vive feliz y que se lleve el viento lo que no tiene fin, lo que no cura el tiempo, porque uno está ahí, dónde están sus pensamientos. Va más o menos así.

Además de concienciar sobre el cáncer de seno, ¿por cuales otras causas aboga?

Por todas las causas humanas. Abogué muchísimo por los matrimonios gay. No lo hacía en actividades en la calle, ni con grupos ni en protestas. Lo hice a través de 15 años de Caso Cerrado y lo sigo haciendo. Siempre pensé que todos los seres humanos que se amaban, que eran decentes y cumplían con las reglas de la sociedad, tenían el derecho de casarse. Se me acerca todo tipo de grupos. Ahora tengo unos chicos jóvenes que son transexuales y quieren crear conciencia de sus problemas. Son chicos buenos que se me acercan con buenas intenciones, y cuando puedo los ayudo.

En cuanto a los matrimonios gay, esa batalla está vencida, ¿cuál cree que sea la próxima?

Sí, esa guerra está ganada, pero aún falta un cambio de mentalidad. Todavía hay grupos religiosos que siguen abogando para no realizar una boda entre personas gay. Eso me dice que cambiamos la ley. ¡Qué maravilla! Pero la ley realmente cambia cuando el ser humano acepta el cambio en sus costumbres, y se entrega a ella y la respeta, aunque no esté de acuerdo. Todavía tenemos que cambiar la mentalidad para que se entienda que ser homosexual no es una aberración, no es una enfermedad, no es una anormalidad. Es parte de los matices de un ser humano y punto.