En el corazón de La Lima, Cortés, una joven pareja ha logrado lo que muchos apenas se atreven a soñar: levantar no uno, sino tres emprendimientos, todo con dedicación, persistencia y una fe inquebrantable en el trabajo honesto.
Abigail Bustillo y Eduardo Amador son esposos, padres de Liam (6), y se encuentran en espera de su segunda hija, Mary. Ella tiene un salón de uñas, y él, una empresa de taxis. Sus caminos se unen en Amabust, un negocio de comida con dos años de vida que ha conquistado los paladares de los que visitan desde lugares tan lejanos como Siguatepeque.
Amabust cobra vida de 6:00 p. m. a 9:00 p. m., y se encuentra ubicado en residencial Oro Verde, en el municipio de La Lima, Cortés, en la sexta calle a la izquierda, donde también residen. Abigail se encarga de la sazón característica del negocio, mientras que Eduardo utiliza sus contactos para atraer a los potenciales clientes.
Pandemia e inundaciones: una oportunidad para soñar
Como a muchas familias hondureñas, la pandemia golpeó fuerte su hogar. Eduardo, quien había trabajado como taxista desde el 2017, se quedó prácticamente sin ingresos; mientras que Abigail apenas iniciaba el curso de uñas con el que luego formaría su negocio.
Sin embargo, lejos de rendirse, se unieron con la madre y hermano de Eduardo, junto con unos vecinos, para vender pupusas, tacos y horchata los fines de semana. Aunque este grupo eventualmente se desintegró, la semilla del emprendimiento ya había sido sembrada en ellos.

Después de ser desplazados por las inundaciones, se refugiaron temporalmente en Florida, Copán, donde unos familiares, y probaron unas alitas que inspiraron su próximo gran paso. Al regresar a La Lima, decidieron darle nueva vida a su casa y, con ahorros y créditos, comenzaron Amabust, vendiendo alitas con salsas de barbacoa y buffalo.
De una estufa pequeña a un restaurante
Sin asesoría y aprendiendo a prueba y error, empezaron desde abajo: una estufa pequeña, una mesa y vendiendo de 5 a 6 platos al día por tres días de la semana.
Luego, los clientes, que disfrutaban de sus alitas, exigían más en el menú; por lo que optaron por una variación más amplia de salsas (mango habanero, barbacoa picante, sweet búfalo y honey mustard). También, incorporaron hamburguesas, pollo frito y salchipapas a la carta. Hoy, atienden de martes a domingo, sirviendo entre 35 y 50 platos por jornada.
El local de la pareja cuenta con un cálido ambiente para los clientes; no obstante, predominan los pedidos a domicilio, entregando, así, pedidos hasta San Pedro Sula y El Progreso. Actualmente, cuentan con la asistencia de don Manuel Lanza, quien apoya en la logística de las entregas, y Xiomara Pérez, la mano derecha de Abigail y Eduardo en la cocina.
Gran parte del éxito viene del carisma de Eduardo y la calidez de Abigail. Ella, emprendedora desde los 18 años, aprendió el arte de las uñas a domicilio en plena pandemia, mientras también se iniciaba en la venta de comida. Él, sociable y servicial, no solo conduce su taxi, sino que también importa autos, brinda asesorías y maneja una flotilla de ocho vehículos que ha comprado en los 9 años que lleva en el negocio.

Cómo manejar tres negocios y una familia en crecimiento
"No es fácil ser emprendedor", comenta Eduardo, "lo propio se tiene que trabajar más”. La clave para manejarlo todo, dicen, está en el balance. Se turnan, se apoyan, y aunque admiten que no siempre pueden dar el 100%, coinciden en que Amabust –su “niño consentido”– es el centro de sus esfuerzos. Y, a pesar del trabajo, siempre hacen tiempo para compartir en familia.
¿Qué los mueve?
La visión es clara para la joven pareja: tener su casa propia y expandirse con nuevas sucursales en La Lima y San Pedro Sula. “Somos limeños de corazón. La Lima nos ha apoyado como no se imaginan, y por eso no nos iríamos a vivir a otro lado”, afirma Eduardo con orgullo; más desean expandirse a la capital industrial y compartir su sazón por Honduras.

Una invitación con sabor a hogar
Muchos limeños consideran sus alitas “las mejores de La Lima”, y quienes aún no han probado sus platillos, Abigail y Eduardo extienden una cálida invitación: “Los esperamos, no se van a arrepentir, los recibimos con los brazos abiertos”.
Para agendar transporte dentro de La Lima, contacte a Eduardo al 9795-8186. Si lo que desea es que Abigail la consienta en su salón, se puede comunicar con ella al 9533-6575. Y si lo que desea es degustar de su sazón en Amabust, se puede comunicar a cualquiera de esos números.