En la fábrica de PSA Peugeot Citröen al norte de París, Vincent Ségui enfrenta una ambiciosa cuota de producción para fin de año: encontrar empleo para los casi 3.000 trabajadores de la planta, que en octubre cesará prácticamente todas sus operaciones.
La tarea de Ségui es una promesa que Peugeot hizo para obtener la aprobación del gobierno y el sindicato de cerrar la mayor planta automotriz francesa en dos décadas. El esfuerzo de Peugeot en su fábrica de Aulnay-sous-Bois, parte de 568 millones de euros (US$749 millones) en estipulaciones de restructuración en Francia, deja de manifiesto lo costoso que es y el tiempo que lleva cerrar una fábrica en Europa Occidental, si es que es políticamente factible.
Hace poco en la fábrica de Aulnay, una decena de trabajadores se turnaban para conducir un autobús en un estacionamiento, como parte de su capacitación para empleos futuros que Peugeot logró conseguir en la agencia de tránsito de París. La automotriz paga la capacitación de unos 10.000 euros por persona. “Es lo menos que pueden hacer”, indicó Jonatale Mona, un trabajador de 32 años.
Hace poco, Peugeot informó que planea dejar de ensamblar vehículos en su planta de Aulnay a fines de octubre, luego de más de un año de demoras y protestas. La empresa se suma a compañías como General Motors Co. y Ford Motor Co. que comenzaron el proceso de cerrar plantas en Europa Occidental, donde un exceso de capacidad hizo que muchas fábricas dejaran de ser rentables. Pero aunque los ejecutivos y analistas sostienen que es necesario cerrar más fábricas para adaptarse al declive de las ventas europeas, las duras experiencias de las tres automotrices podrían poner en pausa planes semejantes.
Más retrasos podrían augurar una lenta recuperación para la industria automotriz europea, que sigue de capa caída. Las matrículas de autos nuevos de Peugeot en Francia, un termómetro de las ventas, cayeron 17% en agosto.
Incluso si las ventas de autos nuevos dejan de caer, será difícil que las automotrices europeas saquen provecho de cualquier repunte en las ventas sin reducir su producción, señalan analistas y ejecutivos.
“Puede costar más de 1.000 millones de euros cerrar una planta de ensamblaje en Europa Occidental”, señaló Ron Harbour, consultor de fabricación de autos en Oliver Wyman. “No es un escenario que aliente la inversión”, agregó.
Ford estima que gastará US$750 millones sólo en prestaciones de separación para empleados cuando cierre una planta en Bélgica, según documentos oficiales. En contraste, entre 2007 y 2009, cuando Ford cerró alrededor de 12 fábricas en EE.UU., calculó que los gastos de reestructuración en efectivo serían de entre US$5.000 millones y US$6.000 millones.
Durante la crisis de 2008, las automotrices clausuraron más de 20 plantas en EE.UU. Cuatro años más tarde, la diferencia se nota.
Las plantas que quedan en EE.UU. funcionan a capacidad máxima y son bastante rentables. En tanto, un estudio reciente de la consultora AlixPartners mostró que más de la mitad de las fábricas en Europa Occidental están operando a menos de 75% de su capacidad, lo que las pone en rojo.
La planta de Peugeot en Aulnay reabrió la primera semana de septiembre tras un receso de mediados de año pero producirá menos de 15 autos diarios. Después de octubre, seguirá abierta fabricando autopartes hasta al menos comienzos de 2014, indicó una vocera.
Cabe aclarar que el cierre de fábricas en Francia es un cambio frente al pasado reciente. Durante la crisis de 2009, el gobierno ofreció a las automotrices miles de millones de euros en préstamos a cambio de que no cerraran plantas.
En Aulnay, Peugeot sufrió un año de problemas políticos, seguidos de protestas sindicales. Al final, la empresa acordó darles a sus trabajadores capacitación, reubicación laboral y paquetes de indemnización que son generosos para los estándares franceses.
Peugeot ahora intenta evitar que se repita lo de Aulnay. Una opción, según personas al tanto, es eliminar líneas de producción en algunas plantas. Como parte de nuevas negociaciones con los sindicatos, Peugeot también intenta congelar salarios y tener flexibilidad para dejar inactivas partes de plantas.