El fabricante japonés Suzuki confesó el miércoles que midió las emisiones de sus coches con métodos no homologados pero negó haber falseado resultados, a diferencia de Mitusbishi Motors, sumido en un escándalo que provocó la renuncia de su presidente.
'Se descubrieron irregularidades en los procedimientos de test de emisiones y de rendimientos energéticos' de coches vendidos en Japón, pero 'la 'investigación interna no concluyó que hubiese delitos como el de una manipulación de datos', aseguró Suzuki en un comunicado.
La empresa insiste en que los valores conseguidos por ese método no son falsos, pues se explican por la localización de las pruebas 'en una colina cercana al mar, con condiciones meteorológicas, y sobre todo de vientos, que afectan las mediciones'.
Los datos engañosos remontan a 2010 y afectan a 2.1 millones de vehículos de los 16 modelos comercializados en Japón, precisó el presidente del grupo, Toshihiro Suzuki, en una conferencia de prensa en el ministerio de Transportes.
'El problema no concierne a productos vendidos fuera de Japón', agregó.
Las revelaciones provocaron una caída del 9.63% del valor de las acciones de Suzuki en la Bolsa de Tokio.
El grupo especializado en minivehículos, con fuerte implantación en India, vende unos tres millones de coches al año. También fabrica motocicletas, que representan un 10% de su facturación.
Aunque se confirme que Suzuki no falsificó deliberadamente los procedimientos de verificación de emisiones, 'el uso de un método diferente al autorizado por el gobierno plantea un problema', afirmó Koji Endo, analista de Advanced Research Japan.
'Y como las ventas de Suzuki en Japón son mucho más importantes que las de Mitsubishi (600,000 y 100,000 vehículos vendidos en 2015, respectivamente) el impacto en el mercado interno será mucho más importante', agregó Endo.