Fráncfort, Alemania.
El conglomerado de ingeniería alemán Siemens AG y su par japonés Mitsubishi Heavy Industries Ltd. planean hacer este lunes una oferta conjunta por gran parte del negocio de energía de Alstom SA, en lo que sería el primer paso de una posible guerra de ofertas con General Electric Co. por una de las joyas industriales de Francia, según fuentes cercanas a las empresas.
Como parte de la propuesta, Mitsubishi aspira a comprar hasta un máximo de 10% del 29,3% que el grupo francés Bouygues SA tiene en Alstom, dijeron dos de esas personas. El banco estatal de inversión BPI France compraría otra porción a Bouygues, posiblemente junto al gobierno francés, indicaron las fuentes.
Un portavoz de Bouygues dijo el domingo que Mitsubishi no se había acercado a la empresa para tratar la compra de su participación en Alstom y reiteró que el grupo tiene la decisión de largo plazo de mantenerse en Alstom.
Los términos de la propuesta aún estaban en elaboración el domingo antes de una reunión del consejo de supervisión de Siemens, dijeron estas personas.
Como parte del plan, Siemens buscaría transferir su negocio ferroviario a Alstom, con el fin de formar un gigante europeo en la construcción de trenes e ingeniería ferroviaria, según personas al tanto las conversaciones.
Una presentación conjunta de Siemens y Mitsubishi podría descarrilar los planes de GE, cuya oferta de US$17.000 millones por los activos energéticos de Alstom ha sido aprobada provisionalmente por la junta directiva de la empresa francesa. El grupo estadounidense ha fijado el 23 de junio como plazo para que Alstom apruebe su oferta de manera formal.
No obstante, el visto bueno de Alstom no significa que GE ya ha ganado la guerra de ofertas. El ministro de Economía francés, Arnaud Montebourg, ha criticado la propuesta de GE, diciendo que era inaceptable y amenazaba la soberanía económica de Francia. Montebourg ha alentado a Siemens a hacer su propia oferta por los negocios de Alstom, cuya división ferroviaria fabrica el tren de alta velocidad TGV.
Una persona familiarizada con GE dijo que el conglomerado no tiene planes de aumentar el valor de su oferta, aunque continúa en evolución. Desde su primera propuesta GE ha añadido la garantía de 1.000 nuevos empleos así como la creación de sociedades que permitirían a Francia mantener el control en algunos negocios de Alstom, incluidas sus turbinas de vapor para plantas nucleares.
La estructura de un acuerdo para preservar el control francés sobre esos activos aún se está negociando, incluyendo la posibilidad de una inversión francesa.
La resistencia de Francia a la adquisición del negocio energético de Alstom por parte de GE no se debe sólo a los temores sobre una posible destrucción de empleos, sino a su determinación de mantener el control sobre la tecnología nuclear del grupo francés.
La exportación de tecnología nuclear es un negocio robusto en Francia y Alstom es un actor importante como proveedor de las turbinas Arabelle para proyectos de la empresa de ingeniería Areva y de Électricité de France SA.
A los franceses les preocupa la posibilidad de que proyectos futuros puedan ser objeto de un veto por parte de Washington si GE pasara a controlar los activos energéticos de Alstom.
Las exportaciones de tecnología nuclear son un tema sensible para Estados Unidos debido a preocupaciones de seguridad nacional. Agencias como la Comisión Reguladora Nuclear y los departamentos de Energía, Comercio, Estado y Defensa tienen un rol en la autorización de licencias.
Areva participa en la construcción de dos reactores nucleares en China con turbinas de Alstom, la que también ha firmado acuerdos para suministrar las turbinas Arabelle a otros reactores nucleares en construcción en ese país asiático.
Francia teme que, aunque Alstom no fabrique reactores nucleares, sus turbinas de vapor puedan requerir una licencia del gobierno de EE.UU. si fuesen vendidas para su utilización en una planta de energía nuclear. Alstom está a la búsqueda de más negocios en China, donde la compañía tiene una larga historia.
Las turbinas de la compañía francesa también se están utilizando en Rusia, incluso en una gigantesca planta nuclear en construcción en Kaliningrado, en la región del Báltico.
El conglomerado de ingeniería alemán Siemens AG y su par japonés Mitsubishi Heavy Industries Ltd. planean hacer este lunes una oferta conjunta por gran parte del negocio de energía de Alstom SA, en lo que sería el primer paso de una posible guerra de ofertas con General Electric Co. por una de las joyas industriales de Francia, según fuentes cercanas a las empresas.
Como parte de la propuesta, Mitsubishi aspira a comprar hasta un máximo de 10% del 29,3% que el grupo francés Bouygues SA tiene en Alstom, dijeron dos de esas personas. El banco estatal de inversión BPI France compraría otra porción a Bouygues, posiblemente junto al gobierno francés, indicaron las fuentes.
Un portavoz de Bouygues dijo el domingo que Mitsubishi no se había acercado a la empresa para tratar la compra de su participación en Alstom y reiteró que el grupo tiene la decisión de largo plazo de mantenerse en Alstom.
Los términos de la propuesta aún estaban en elaboración el domingo antes de una reunión del consejo de supervisión de Siemens, dijeron estas personas.
Como parte del plan, Siemens buscaría transferir su negocio ferroviario a Alstom, con el fin de formar un gigante europeo en la construcción de trenes e ingeniería ferroviaria, según personas al tanto las conversaciones.
Una presentación conjunta de Siemens y Mitsubishi podría descarrilar los planes de GE, cuya oferta de US$17.000 millones por los activos energéticos de Alstom ha sido aprobada provisionalmente por la junta directiva de la empresa francesa. El grupo estadounidense ha fijado el 23 de junio como plazo para que Alstom apruebe su oferta de manera formal.
No obstante, el visto bueno de Alstom no significa que GE ya ha ganado la guerra de ofertas. El ministro de Economía francés, Arnaud Montebourg, ha criticado la propuesta de GE, diciendo que era inaceptable y amenazaba la soberanía económica de Francia. Montebourg ha alentado a Siemens a hacer su propia oferta por los negocios de Alstom, cuya división ferroviaria fabrica el tren de alta velocidad TGV.
Una persona familiarizada con GE dijo que el conglomerado no tiene planes de aumentar el valor de su oferta, aunque continúa en evolución. Desde su primera propuesta GE ha añadido la garantía de 1.000 nuevos empleos así como la creación de sociedades que permitirían a Francia mantener el control en algunos negocios de Alstom, incluidas sus turbinas de vapor para plantas nucleares.
La estructura de un acuerdo para preservar el control francés sobre esos activos aún se está negociando, incluyendo la posibilidad de una inversión francesa.
La resistencia de Francia a la adquisición del negocio energético de Alstom por parte de GE no se debe sólo a los temores sobre una posible destrucción de empleos, sino a su determinación de mantener el control sobre la tecnología nuclear del grupo francés.
La exportación de tecnología nuclear es un negocio robusto en Francia y Alstom es un actor importante como proveedor de las turbinas Arabelle para proyectos de la empresa de ingeniería Areva y de Électricité de France SA.
A los franceses les preocupa la posibilidad de que proyectos futuros puedan ser objeto de un veto por parte de Washington si GE pasara a controlar los activos energéticos de Alstom.
Las exportaciones de tecnología nuclear son un tema sensible para Estados Unidos debido a preocupaciones de seguridad nacional. Agencias como la Comisión Reguladora Nuclear y los departamentos de Energía, Comercio, Estado y Defensa tienen un rol en la autorización de licencias.
Areva participa en la construcción de dos reactores nucleares en China con turbinas de Alstom, la que también ha firmado acuerdos para suministrar las turbinas Arabelle a otros reactores nucleares en construcción en ese país asiático.
Francia teme que, aunque Alstom no fabrique reactores nucleares, sus turbinas de vapor puedan requerir una licencia del gobierno de EE.UU. si fuesen vendidas para su utilización en una planta de energía nuclear. Alstom está a la búsqueda de más negocios en China, donde la compañía tiene una larga historia.
Las turbinas de la compañía francesa también se están utilizando en Rusia, incluso en una gigantesca planta nuclear en construcción en Kaliningrado, en la región del Báltico.