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'Quiero que mi hijo se sienta orgulloso de mí”

  • Actualizado: 22 septiembre 2012 /

Con esfuerzo y dedicación, Marlene Cruz cumple en su hijo su sueños de juventud.

Día tras día, durante casi 20 años, Marlene Cruz ha sabido mantener el entusiasmo, la dedicación y el esfuerzo en su trabajo.

Se trata de una de las empleadas más antiguas y de más experiencia de la empresa Confecciones Del Valle, subsidiaria de Hanes Brand; y aunque agradece cada día por las oportunidades y los ascensos que ha recibido en casi dos décadas, al repasar su experiencia siente que todavía le queda un sueño por realizar.

“A mí lo que me gustaba era ser doctora, médica. Era mi sueño, pero por muchas circunstancias no lo pude lograr”, cuenta esta supervisora de 42 años, quien se inició como una operaria más en la maquila de Villanueva.

Las cosas han cambiado mucho desde aquel día de 1993 cuando se presentó en la planta de producción, que entonces albergaba a 337 empleados (ella fue la número 338). Gracias a su habilidad y disposición para crecer fue escalando posiciones en el entramado de la empresa. “Empecé como ‘hookeadora’ (en referencia a quienes utilizan determinado tipo de máquina) en la empresa y fui escalando posiciones poco a poco. Luego fui inspectora de calidad y luego me propusieron para supervisora de producción”, relata.

Esas oportunidades que se le negaron, ahora las quiere hacer realidad para Víctor Alejandro, su hijo, al que crio desde temprana edad cumpliendo los roles de madre y padre.

“Mi hijo estudia en una escuela bilingüe y estoy haciendo todo el esfuerzo para que el estudio que yo no logré hacer, él lo haga. Yo lo quiero preparar muy bien, y mientras Dios me dé vida seguiré luchando por mi hijo”, asegura.

Víctor parece dispuesto a encarnar el sueño que la Medicina le negó a su madre. “En las actividades de la escuela lo han sacado de doctor y dice que eso le gusta, que tal vez pueda ser lo que yo no fui, que mi hijo llegue a ser doctor”, dice con evidente orgullo.

Pueda ser que tenga que esperar algunos años, en tanto el joven Víctor concluye su educación, pero Marlene ya visualiza ese maravilloso día en el que se gradúe como médico. “Quiero darle a mi hijo una buena educación para que el día de mañana se sienta orgulloso de su madre”, dice esta emprendedora mujer.

Todo el esfuerzo y la dedicación que le pone a su trabajo día a día tuvo ayer un merecido reconocimiento, en una ceremonia organizada por la empresa, en la que se agradeció la labor de su personal con mayor experiencia, aquellos que han perseverado y han salido adelante enjugando su éxito con el sudor de su frente, el esmero y sabiendo aprovechar las oportunidades que la vida les ha dado.

Es gracias a este esfuerzo que Marlene ha logrado conservar su trabajo, comprar su propia casa, sacar adelante a su hijo y ayudar económicamente a su familia. “Nunca creí que lograría tener mi casa propia o ayudarle a mi familia y lo he logrado, gracias a Dios, con el apoyo de la empresa”, dice orgullosa Marlene.

El lunes comenzará otra jornada con el mismo entusiasmo de los últimos 20 años. Razones no le faltan. Tiene un sueño que quiere volver realidad.