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Kirchner y Maduro viajan a Cuba en un momento delicado

  • 26 enero 2014 /

Argentina y Venezuela afrontan la crisis económica más aguda en más de una década.

Buenos Aires, Argentina

Argentina y Venezuela afrontan la crisis económica más aguda en más de una década, pero pese a los crecientes retos y el descontento de sus ciudadanos, sus líderes viajaron a Cuba para debatir la independencia
de Puerto Rico en una cumbre que comienza el martes.

El viaje a La Habana, en momentos en que sus monedas se desploman y crece la incertidumbre sobre los problemas económicos, parece subrayar para muchos argentinos y venezolanos el tipo de gobierno errático que los economistas indican tiene a ambos países en apuros.

Los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner y Nicolás Maduro devaluaron parcialmente sus divisas la semana pasada, causando temblores a lo largo de América Latina.

El peso argentino registró su mayor caída desde la cesación de pagos de US$100.000 millones en 2001. A su vez, Venezuela, que vio como su economía se paralizó en 2002, está sumida en deudas y casi uno de cada cuatro
productos básicos no se puede encontrar en las tiendas.

El sábado por la mañana, sin embargo, Kirchner aterrizó en La Habana tres días antes del inicio de una reunión de líderes latinoamericanos organizada por el presidente cubano Raúl Castro.

“Me invitó a almorzar Fidel”, dijo la mandataria en un comunicado del gobierno emitido el domingo poco después de comer con el hermano del presidente y cofundador del estado comunista.

Kirchner ha expresado su respaldo a un movimiento puertorriqueño que propone la separación de Estados Unidos, el cual también cuenta con el enérgico respaldo de Maduro. Los partidarios de la independencia de Puerto Rico, actualmente una comunidad autónoma, son una minoría.

La respuesta de los líderes de Argentina y Venezuela mostró poco tacto, en momentos en que sus economías se deterioran rápidamente, señala Riordan Roett, director del programa para las Américas de la Universidad
Johns Hopkins. “Resulta bastante claro que Maduro y Kirchner están viajando a pesar de las nuevas realidades en la región”, observa.

En las calles de Argentina y Venezuela, muchos se preguntan qué están haciendo sus líderes en Cuba cuando ellos hacen frente a las tasas de inflación más altas de América Latina y el temor palpable de que la situación empeore, en momentos en que la inversión privada se está dirigiendo hacia una economía estadounidense en recuperación.

“¿Cuba?” dijo Alberto Gómez, un oficial retirado del Ejército argentino. “La gente está traumatizada por el alza del dólar, pero el gobierno no está hablando de eso. Este es el único gobierno que hemos tenido que no escucha a la gente”.

Ambos mandatarios, los cuales son aliadosy líderes de una vanguardia de izquierda en Latinoamérica que se opone a Estados Unidos, aún mantienen una fuerte base de apoyo de personas como Bruno Pérez. El estudiante de sociología de 24 años, quien pertenece a un grupo político de apoyo al gobierno, dice que Kirchner sigue siendo una “líder por naturaleza”.

“Mi opinión es que varios empresarios están tratando de debilitar al gobierno”, afirma Pérez, haciendo eco de los comentarios del ministro de Economía Axel Kicillof, en los que indicó que intereses creados estaban detrás de
la caída del peso la semana pasada.

La firma venezolana de encuestas Datanalisis dijo en diciembre que Maduro tenía poco más de la mitad del apoyo de sus compatriotas, en un sondeo publicado días después de que el mandatario obligó a los minoristas a vender productos electrónicos a precios de liquidación, en un intento por combatir la inflación. Pero el mismo sondeo mostró que apenas 26,5% de los entrevistados creía que las políticas económicas del gobierno ayudaban a resolver la situación. Maduro atribuye los problemas a una “guerra económica” librada por Washington y los capitalistas venezolanos.

Kirchner, quien fue reelecta en 2011 con una holgada mayoría, ha visto como su índice de aprobación ha caído rápidamente en las últimas semanas, dicen los encuestadores. Cerca de 75% de los encuestados por la firma
Management & Fit hace poco más de una semana pensaba que la economía iba por mal camino y 66,5% no aprobaba la gestión económica de la presidenta.

La inflación es una de sus principales preocupaciones, en especial para los pobres en ambos países. Los precios al consumidor acumulados en doce meses alcanzaron 56,2% en Venezuela y se acercan a 30% en Argentina, según economistas cuyos datos son usados por agencias multilaterales de préstamos.

“El presidente tiene la culpa de lo que está sucediendo y se va de viaje a ver a Fidel”, dice Jesús Rodríguez, un taxista de 37 años en Venezuela. Rodríguez también culpó a sus compatriotas, quienes escogieron a Maduro para
reemplazar a Hugo Chávez en las elecciones de abril pasado. “Aceptamos las largas filas para comprar una bolsa de harina o de leche”, asevera. “Nos hemos quedado de brazos cruzados mientras las cosas han empeorado”.

En Argentina, Kirchner defendió su viaje a Cuba en medio de lo que calificó como rumores de que no asistiría por motivos de salud. No entró en detalles, sin embargo, sobre los planes del gobierno para reducir la presión sobre el peso.

Carlos Pertierra, un maestro de historia de 70 años, dice que las medidas probablemente no alterarán el curso de la economía argentina debido a que una moneda más débil podría incrementar la inflación. “No veo qué es lo que tratan de hacer”, manifestó. “Lo que veo es que apuntan hacia aquí y hacia allá. El gobierno es como un niño impredecible”.