Aunque en la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) califican los apagones como interrupciones o cortes programados, la población los vive de la misma manera y los considera como fallas que los dejan sin servicio eléctrico por horas e incluso días enteros.
Durante los primeros años de gestión interina de Erick Tejada al frente de la estatal eléctrica se contabilizaron 34,504 apagones entre 2022 y 2024, según datos del Centro Nacional de Despacho (CND).
En 2022 se reportaron 8,849 racionamientos de energía, con un total de 64.8 millones de kilovatios hora (kVh) sin suministro. Ese mismo año se documentaron 4,009 fallas en el fluido eléctrico.
Los apagones aumentaron en 2023, alcanzando los 11,751, lo que representó 90.1 millones de kVh sin abastecer a la red nacional. Las fallas también aumentaron a 5,077, una variación interanual de 1,068 incidentes.
En ambos años, las interrupciones sumaron 29,326.51 horas sin energía, una cifra que resulta de acumular la duración de cada corte en distintas zonas del país, y no del total continuo del año (8,760 horas).
Masivos en 2024. 2024 será recordado no solo por la declaratoria de emergencia en la Enee, sino también por los 13,904 apagones registrados, superando en 2,153 los del año anterior y con 5,055 cortes más que en 2022.
Durante ese año, las horas sin energía alcanzaron las 21,252 y no se suministraron 115.3 millones de kVh. Un informe del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) estimó en 14.42 millones de dólares las pérdidas mensuales por esta crisis.
“Esto significa que por cada incidente —sea mantenimiento, falla o reducción de carga— los hondureños y las empresas enfrentaron al menos dos horas diarias sin energía eléctrica”, señala el reporte.
El presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Stenee), Miguel Aguilar, declaró que “lo que sí conocemos fue lo catastrófico que resultó 2024, con una ola de calor que avasalló el plan de contingencias de la estatal, colapsando la capacidad de transmisión, transformación y distribución. Esto derivó en racionamientos masivos y un golpe severo a la economía”.
Aguilar afirmó que “el año 2024 debe servir como ejemplo, en un marco energético de país, de lo que no debe pasar. También hay que reconocer que en 2025 ha habido algunas mejoras gracias a inversiones en ampliación de líneas y subestaciones, que han ayudado a equilibrar la demanda, ya por encima de los 2,000 megavatios”.
Entre enero y abril de 2025 se han registrado 2,950 apagones, con 22.5 millones de kVh sin suministrar y un total de 4,049.09 horas sin servicio de energía, según el informe mensual de operación del mercado emitido por el CND.
El expresidente de la Federación de Cámaras de Comercio e Industrias de Honduras (Fedecámara), Obdulio Hernández, expresó su preocupación por el impacto de los apagones en el aparato productivo.
“Como empresa privada estamos muy preocupados. Es imposible trabajar tranquilamente, especialmente para la pequeña y mediana empresa, que no tiene capacidad para adquirir generadores grandes. Son demasiado caros”, señaló.
