14/12/2025
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El brasileño encargado de reanimar U.S. Steel

  • Actualizado: 23 septiembre 2014 /

Mario Longhi empezó a recortar costos, lo que condujo al anuncio la semana pasada de que U.S. Steel sus­penderá proyectos por US$800 mi­llones.

Pittsburgh, Estados Unidos.

Cuando el bra­sileño Mario Longhi tomó las rien­das de U.S. Steel Corp. hace un año, la empresa estaba “en camino de la destrucción”, según sus palabras.

Altos costos, proyectos caros, jugosos paquetes de remuneración y generosos acuerdos con los sindi­catos produjeron en la siderúrgica pérdidas durante cinco años conse­cutivos. Longhi empezó a recortar costos, lo que condujo al anuncio la semana pasada de que U.S. Steel sus­penderá proyectos por US$800 mi­llones y que sus operaciones cana­dienses solicitarán protección bajo la ley de bancarrota. Podrían venir anuncios más drásticos.

“No se puede descartar nada”, dijo Longhi en su primera entrevis­ta extensa tras asumir la presiden­cia ejecutiva. Una opción es pasar a ser una siderúrgica semi integrada, en la que el acero se fabrica a partir de metal desechado, a menudo a un costo menor que al usar mineral de hierro y carbón. “El mundo cambia y U.S. Steel tiene que adaptarse”, pun­tualizó el ejecutivo.

La siderúrgica fundada hace 113 años, que se cree fue la prime­ra empresa estadounidense en fac­turar más de US$1.000 millones al año, afronta desafíos formidables, como la competencia de las impor­taciones. También tendrá que nego­ciar el próximo año un nuevo conve­nio colectivo con el sindicato.

Longhi, ex ejecutivo de Alcoa Inc. y ex presidente ejecutivo de la siderúrgica semi integrada brasi­leña Gerdau SA, fue ascendido lue­go de desempeñarse como director operativo con la misión de realizar cambios.

La junta directiva “era un grupo que no estaba conforme con (sus) cinco años consecutivos de pérdi­das”, señaló una fuente cercana. Longhi “está creando una nueva cul­tura” orientada a crear valor para los accionistas, que no siempre ha sido la prioridad de U.S. Steel, añadió la persona. Los directores respaldan el plan de reorganización, pero siguen de cerca su implementación, indicó la fuente.

La cotización de las acciones de U.S. Steel se ha más que duplicado desde que Longhi asumió la presi­dencia ejecutiva, lo que refleja el en­tusiasmo de los inversionistas con su plan de reducción de costos, bau­tizado como “Método Carnegie”, en honor al legendario empresario si­derúrgico Andrew Carnegie. La em­presa contempla recortar US$435 millones en costos este año e indicó que podría hacer reducciones simi­lares durante los próximos años.

Bajo el mando de Longhi, U.S. Steel contrató a dos ex ejecutivos de Caterpillar Inc., Geoff Turk como vicepresidente de transformación y David Burritt como director finan­ciero. Ambos fueron traídos por su experiencia en hacer más eficiente una empresa industrial.

Sam Halpert, quien gestiona la participación en U.S. Steel de la ges­tora de fondos Van Eck Global, uno de los 10 mayores accionistas de la siderúrgica, advierte un cambio de actitud en la empresa al mando de Longhi. La remuneración del presi­dente ejecutivo, por ejemplo, depen­día en parte de la cantidad de acero que despachaba la firma. “Lo cam­biaron para que ahora a Longhi se le pague en función de toneladas ren­tables y otros criterios. No le moles­ta reducir la empresa para hacerla más rentable”, dice Halpert. “Es un gran cambio de mentalidad”.

U.S. Steel informó que hasta 2011, cuando el presidente ejecutivo era John Surma, los envíos de acero equivalían a 20% de los incentivos a los ejecutivos, y que los despachos siguen siendo uno de varios factores que se evalúan para definir el pago.

No todos, sin embargo, están conformes con la estrategia de la empresa. “Cuesta aceptar el plan cuando no revelan lo que realmen­te están haciendo”, señala Andrew Lane de Morningstar Inc.

Longhi defendió la falta de de­talles en sus planes. “Es un mundo competitivo. No vamos a decir es­pecíficamente todo lo que haremos”, dijo. “Son miles de cosas, y algunos son proyectos de millones de dóla­res y otros de US$5.000”, explicó.
En una planta, U.S. Steel solía comprar el rodamiento más barato, contó Longhi. “Ahora quizás paga­mos 30% más por esta clase de ro­damiento, pero dura el doble”.

El cambio también es cultural. Algunos supervisores ahora llevan tres fichas en sus bolsillos para re­cordar que tienen que hacerles al menos tres preguntas al día a los empleados, dijo Longhi.

U.S. Steel ha despedido a emplea­dos no sindicalizados y asumió car­gos contables por US$14 millones en el primer semestre relacionados al pago de indemnizaciones. La empre­sa no revela cuántas personas han perdido su empleo.

No obstante, U.S. Steel también está asumiendo tareas que antes tercerizaba, como inspecciones y reparaciones mecánicas, lo que re­presenta un ahorro de unos US$30 millones este año. “No nos hemos fi­jado como meta prosperar a través de despidos”, asegura Longhi.

Estas tácticas han sido bien aco­gidas por los trabajadores, afirma Tom Conway, el representante del sindicato United Steelworkers que negocia con la empresa. Algunos de los cambios impuestos por Longhi, como un mantenimiento más efi­ciente, “deberían haberse imple­mentado hace 20 años”, sostiene.

Aun así, la buena voluntad del sindicato podría esfumarse a media­dos de 2015, cuando ambas partes negocien un nuevo acuerdo laboral. “No hay nada en el Método Carne­gie (que) contradiga las pretensio­nes del sindicato, que es el éxito de la compañía,” manifestó Longhi.

Entre los recortes de costos más reveladores anunciados la semana pasada figuran la cancelación de un plan para elevar la producción de perdigones de mineral de hierro en Minnesota y de las inversiones en Indiana para fabricar sustitutos del coque industrial.

Los analistas creen que las medi­das presagian un giro hacia la side­rurgia semi integrada.
Las plantas semi integradas “se­rán parte del portafolio”, reconoció Longhi. “¿Será todo? Es muy pronto para saberlo, pero nos estamos em­barcando en ese camino”.