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¿Quiere realizar innovación corporativa? Entre a Google Brain

  • 02 agosto 2016 /

Google financia proyectos de investigación, publica los resultados e invita a catedráticos a pasar años sabáticos en la compañía

Washington, Estados Unidos.

Google despliega una variedad de estrategias para crear un ecosistema de innovación. Examiné un área: el aprendizaje profundo, una forma de Inteligencia Artificial (IA) endemoniadamente compleja que ayuda a las máquinas a absorber información y actuar correspondientemente, de manera muy parecida a como hacen los humanos.

La iniciativa de aprendizaje profundo está arraigada en el feroz compromiso de Google con la ciencia. Google financia proyectos de investigación, publica los resultados e invita a catedráticos a pasar años sabáticos en la compañía.

Uno de estos catedráticos, Andrew Ng, una estrella en los círculos de IA, llegó a Google en 2010.

Ng armonizó rápido con Greg Corrado y Jeff Dean, otros dos investigadores que también estaban interesados en el aprendizaje profundo.

Aproximadamente 18 meses después de haber empezado a trabajar juntos, Ng, Corrado y Dean mudaron su proyecto a Google X, el área de investigación y desarrollo de la compañía, donde pudieron reclutar un personal de entre cinco y seis científicos e ingenieros de primera.

“El tiempo que pasamos incubando en Google X fue verdaderamente esencial”, expresa Corrado. “Pudimos hacer avanzar la tecnología central sin estar atados a un producto particular ... Éramos como un pequeño emprendimiento, pero teníamos los recursos de esta enorme empresa”.

Este período de incubación produjo a DistBelief, un sistema de aprendizaje de máquinas. DistBelief fue incorporado a Google Maps, el Traductor de Google e incluso a YouTube (para ayudar a los usuarios a encontrar videos).

Para 2012, el equipo, rebautizado como Google Brain, había crecido a aproximadamente 100 investigadores. Desarrollaron TensorFlow, una versión más avanzada de DistBelief.

Actualmente, Google Brain se ha vuelto una parte integral del ecosistema de innovación que lo engendró. El equipo trabaja con sus “clientes” internos para poner el aprendizaje profundo en el centro de todo lo que hace Google.

Por ejemplo, TensorFlow ha hecho que las búsquedas con Google Voice sean más rápidas y más precisas. TensorFlow también ha llevado a nuevas funciones como Respuesta Inteligente, que sugiere respuestas a mensajes en Gmail. Y el Traductor de Google ha sido ampliado a 100 idiomas.

Así Google Brain se filtra a través del ecosistema de innovación de Google. TensorFlow ofrece acceso a herramientas básicas de aprendizaje de máquinas, las cuales abren nuevas posibilidades para los ingenieros de Google, quienes a su vez contactan a científicos dentro de Google Brain para crear productos y funciones.

Eso ayuda a atraer investigadores a Google, quienes, a su vez, desarrollan más tecnologías nuevas.

(Greg Satell es un consultor de negocios basado en Estados Unidos).