05/11/2024
08:16 AM

Lograr calidad de vida digital es un gran desafío para Honduras

El bienestar digital ha caído 13 lugares en un año, quedando 30% por debajo del promedio mundial. Solo 38% de las personas usan internet en el país.

Redacción

Realizar tareas del trabajo, la escuela o por diversión en línea con un servicio de internet estable y accesible es un reto en Honduras. Esto se debe principalmente a la baja calidad del servicio, el alto precio y la insuficiente infraestructura.

En el último año, lejos de mejorar, Honduras cayó 13 puestos en el Índice de Calidad de Vida Digital (DQL, por sus siglas en inglés), ubicándose en el puesto 98 entre 110 países, después de ocupar el lugar 85 en 2020, según el estudio de la empresa de ciberseguridad británica Surfshark.

El estudio evalúa cinco pilares: la calidad del internet, el precio, la seguridad, la infraestructura electrónica y los servicios del gobierno electrónico.

Los resultados muestran que el país tiene que mejorar en todas las áreas digitales, ya que su índice ronda el 30% más bajo que el promedio mundial y solo alrededor del 38% de las personas usan internet en el país.

La brecha digital afecta la productividad de los negocios y los canales de ventas que utilizan las empresas en la era de la digitalización que se aceleró en el último año.

Es decir, 3.4 de las 9.4 millones de personas de la población total de Honduras, según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) al 24 de octubre de 2021.

La investigación encontró que desde el comienzo de la pandemia del covid-19, la velocidad de banda ancha del país ha mejorado en un 61% y ahora es de 19.04 Mbps (megabits por segundo), como resultado del crecimiento interanual de las velocidades.

Esto generó un resultado ligeramente mejor en la calidad de internet (situándose en el puesto 81), pero muestra resultados bajos en asequibilidad o precio accesible (99), seguridad electrónica (96) y gobierno electrónico (101).

Mientras que el puntaje más bajo de Honduras es el de infraestructura electrónica (centros de datos, servidores, repetidores, módems), en el puesto 104.

El impacto de la brecha digital es enorme durante la pandemia, ya que millones de estudiantes se quedaron sin clases y sin acceso a internet para continuar su aprendizaje por casi dos años.

Las cifras de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) confirman que 39 de cada 100 hondureños acceden a internet.

Indican que 50 de cada 100 hondureños son suscriptores de internet móvil con conectividad de banda ancha, pero el costo es elevado porque no es un servicio continuo, lo que limita el acceso.

Mientras que se observa que sólo 4 de cada 100 hondureños son suscriptores de internet fijo con conectividad de banda ancha.A nivel global, Dinamarca ocupa el primer lugar en calidad de vida digital por segundo año consecutivo y es seguida de cerca por Corea del Sur.

Finlandia ocupa el tercer lugar, mientras que Israel y Estados Unidos completan las cinco primeras de las 110 naciones que fueron evaluadas.

Los cinco últimos países son Etiopía, Camboya, Camerún, Guatemala y Angola, según el documento que recopila información de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, Freedom House y la Unión Internacional de Comunicaciones, entre otras.Reducir la brechaLa brecha digital constituye un problema social muy significativo en todo el mundo y también impacta en la economía.

El fenómeno aumenta la desigualdad entre la población, ya que el 50% no tiene acceso, lo que impide el crecimiento económico y el desarrollo humano.

En la era digital actual y tras la pandemia, las economías requieren mayor acceso a internet y nuevas tecnologías. Con la pandemia se volvió indispensable trabajar, estudiar, vender y gestionar negocios vía remota.

En ese sentido, la baja cobertura del servicio de internet “afecta la productividad y los canales de comercialización que utilizan las empresas ahora”, explica Rafael Medina, director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa (CCIT).

El objetivo de los países, entre ellos Honduras, debe ser reducir la brecha y esto pasa por invertir en infraestructura electrónica y gobierno electrónico, que es lo que más contribuye al bienestar digital de las personas, indican analistas.