El “Quinto informe del estado de la región” presentado en Guatemala muestra una región que avanza económica y socialmente, pero a pasos lentos para alcanzar los promedios latinoamericanos y especialmente pequeños si se comparan con los países desarrollados.
El pilar del desarrollo socioeconómico es la educación, y en esta materia, Honduras ofrece las menores coberturas y la mayor distancia de sus pares latinoamericanos.
Si Honduras mantiene su tasa de crecimiento en cobertura educativa tardaría “253 años para alcanzar al promedio latinoamericano en preescolar y 41 años en educación media”.
Si Centroamérica mantiene sus tasas de crecimiento, tardaría 37 años para alcanzar la cobertura educativa que presenta el de América Latina y 58.3 años para registrar la cobertura de los países de la Ocde, dice Alberto Mora Román, coordinador de la investigación.
Aunque resalta algunas mejoras en el crecimiento económico de la región y en su inversión en educación y salud, advierte que la desigualdad en los ingresos, las necesidades básicas insatisfechas (59% de la población), la incapacidad de los Estados para brindar eficientemente servicios básicos y el uso insostenible de los recursos naturales son retos pendientes.
Para Mora, los macros resultados obligan a los Gobiernos centroamericanos a emprender acciones urgentes para mejorar la cobertura, calidad y pertinencia de la educación.
Esta necesidad cobra especial relevancia en el contexto actual y hacia el futuro del área, pues tiende al aumento la población joven y ello representa una oportunidad de desarrollo económico y social.
Según el texto, la población activa centroamericana crece de manera sostenida y con mayor rapidez que las personas dependientes.
Este bono demográfico puede extenderse en Costa Rica y Panamá hasta 2020; en El Salvador hasta 2030; en Belice, Honduras y Nicaragua hacia 2035, y en Guatemala hasta 2050.
“Nunca antes la región había tenido tanta población joven, en edad escolar, como ahora. Es por ello que este informe llama a emprender acciones urgentes y compartidas para mejorar la cobertura, calidad y pertinencia de la educación”, destacó Mora.
“En 2015, Centroamérica contaba con cerca de 47 millones de habitantes, aproximadamente 11 millones (30%) más que en el año 2000. Guatemala y Honduras concentran poco más de la mitad de los habitantes de la región”, apuntó.
Para el investigador costarricense, el acceso a una educación de calidad es una condición necesaria, aunque no suficiente, para que la región pueda elevar sus bajos niveles de productividad.
La productividad por trabajador en Centroamérica está por debajo del promedio de América Latina.
“Los jóvenes centroamericanos de 15 a 24 años tienen poco acceso al mercado laboral; su tasa de desempleo ronda el 11%, en contraste con el 5% del promedio regional para toda la población”, destaca el informe.
Sin embargo, también puede incidir en que esta mejore la equidad social e impulsar la habilitación ciudadana necesaria para fortalecer la democracia, señaló.
En el período 2000-2013 solo El Salvador y Panamá lograron reducir la desigualdad de ingresos, medida por el coeficiente de Gini. “Costa Rica, Guatemala y Honduras apuntan hacia una mayor concentración de la riqueza”.
Deuda, déficit y armamentismo
El informe detalla que los crecientes déficit fiscales llevan a que la mayoría de estos países mantengan condiciones de endeudamiento insostenible, en especial en Honduras, mientras que las exportaciones de bienes y servicios siguen marcadas por un tímido dinamismo.
Asimismo, hace notar la revitalización de las Fuerzas Armadas y la participación de estas en actividades civiles, lo cual implica riesgos para el ejercicio democrático del poder, máxime en un área bajo las secuelas de intensos conflictos internos.