San Pedro Sula, Honduras.
La propuesta del Gobierno de buscar más opciones para la compra de combustible requerirá de esfuerzos, tanto del sector oficial como de la cadena.
La escalonada de precios ha sido a lo largo de más de diez semanas, particularmente en el último mes, con incrementos de más de un lempira como consecuencia directa del huracán Harvey en Texas, estado que aloja las mayores refinerías del continente.
Para Juan Carlos Rodríguez, presidente de la
Coalición Patriótica, por ahora es difícil pensar que un país productor de petróleo venderá más barato que el precio de referencia del
WTI (por encima de los $52 el barril).
“Todos los países productores que tienen sus refinerías andan buscando más mercados para vender más caro, con la excepción de los Estados Unidos, pero ellos no disminuirán sus precios porque ahora tiene tantos problemas como Honduras”, comentó.
A su criterio, las alternativas son quitar la dolarización de los impuestos en los combustibles y bajar los impuestos, considerando que Honduras es el segundo más alto luego de Costa Rica, para exigir precios más competitivos.
Otro factor, añade Rodríguez, es revisar la fórmula de los combustibles aplicada para calcular el precio de los derivados. Esta petición ha sido constante por diferentes actores de la cadena petrolera.
La diversificación de la matriz de producción de energía ha sido una de las propuestas más factibles y de la que las asociaciones del sector esperan mayor apoyo.
“No ha habido la negociación o una política del Gobierno de poner en práctica esa mezcla de 10% de biodiésel, porque para ello habría que determinar la capacidad de producción y eso no es tan sencillo”, detalla Saraí Silva, gerenta general de la Asociación Hondureña de Distribuidores de Productos del Petróleo (Ahdippe).
Los porcentajes quedaron definidos en la Ley para la Producción y Consumo de Biocombustible, publicadas hace más de tres años.
Las empresas que producen este combustible, en particular industrias de palma aceitera o ingenios azucareros, lo emplean para autoconsumo.
“Hasta donde sabemos, todavía no hay suficiente producción.
El otro tema es que pensamos, es que toda producción pudiera ir a través de la red de comercialización existente; es decir, que se llevara a las terminales y que ahí pueda hacerse una mezcla autorizada”, agrega Silva.
De igual forma, hay oportunidades en el gas LPG, del que desde hace unos años han implementado para la red de taxis a nivel nacional, haciendo modificaciones al cambiar los tanques de gasolina.
La propuesta del Gobierno de buscar más opciones para la compra de combustible requerirá de esfuerzos, tanto del sector oficial como de la cadena.
La escalonada de precios ha sido a lo largo de más de diez semanas, particularmente en el último mes, con incrementos de más de un lempira como consecuencia directa del huracán Harvey en Texas, estado que aloja las mayores refinerías del continente.
| Lo que dice la ley
La mezcla de biodiésel como aditivo combustible con el diésel importado será de hasta 20% (B20) para 2020.
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“Todos los países productores que tienen sus refinerías andan buscando más mercados para vender más caro, con la excepción de los Estados Unidos, pero ellos no disminuirán sus precios porque ahora tiene tantos problemas como Honduras”, comentó.
A su criterio, las alternativas son quitar la dolarización de los impuestos en los combustibles y bajar los impuestos, considerando que Honduras es el segundo más alto luego de Costa Rica, para exigir precios más competitivos.
Otro factor, añade Rodríguez, es revisar la fórmula de los combustibles aplicada para calcular el precio de los derivados. Esta petición ha sido constante por diferentes actores de la cadena petrolera.
La diversificación de la matriz de producción de energía ha sido una de las propuestas más factibles y de la que las asociaciones del sector esperan mayor apoyo.
“No ha habido la negociación o una política del Gobierno de poner en práctica esa mezcla de 10% de biodiésel, porque para ello habría que determinar la capacidad de producción y eso no es tan sencillo”, detalla Saraí Silva, gerenta general de la Asociación Hondureña de Distribuidores de Productos del Petróleo (Ahdippe).
Los porcentajes quedaron definidos en la Ley para la Producción y Consumo de Biocombustible, publicadas hace más de tres años.
Las empresas que producen este combustible, en particular industrias de palma aceitera o ingenios azucareros, lo emplean para autoconsumo.
“Hasta donde sabemos, todavía no hay suficiente producción.
El otro tema es que pensamos, es que toda producción pudiera ir a través de la red de comercialización existente; es decir, que se llevara a las terminales y que ahí pueda hacerse una mezcla autorizada”, agrega Silva.
De igual forma, hay oportunidades en el gas LPG, del que desde hace unos años han implementado para la red de taxis a nivel nacional, haciendo modificaciones al cambiar los tanques de gasolina.
