¡Hay fiesta en casa blanca! Olimpia es tricampeón, señores, por eso el gozo y el festejo por todo lo alto. En el año de su centenario, los astros se alinearon para que los albos conquistaran su copa número 26, agrandaran una historia abundante de gracia y consiguieran su tercer título consecutivo por segunda ocasión en su historia después de vencer contundentemente 4-0 al Victoria en la final del torneo Apertura 2012-2013 ayer en el Nacional.
Carnaval es una palabra perfecta para lo que hizo Olimpia en la cancha del Nacional. Dos minutos y a festejar y dedicar. Saque de banda y salto de donqueo de Caetano.
La pelota quedó suelta en el área y la dormida zaga del Victoria no se percató del fantasma de Roger Rojas, que apareció para empujarla para adentro.
Nada que hacer: solo celebrar con las manos al cielo para homenajear a los que ya no están en la Tierra. El trasiego del balón fue de los locales. Victoria apenas pudo pegar algunas patadas, como lo acusó el Motagua en semifinales, pero la silueta de Garrido y compañía estaba lista para ponerles el pecho a los golpes.
El trámite del juego era vertiginoso, con la ventaja para el tricampeón. Minuto 12: centro desde la derecha. Juan Carlos García se elevó encima de sus rivales, la pelota se estrelló en Johnny Palacios para capturar el rebote y otra vez adentro.
Vengan los abrazos y besos. En una final, todo es válido. García celebró y se vio venir el festival para los blancos, pesadilla para el Victoria. Los componentes del juego debían cambiar y Héctor Vargas movió el pizarrón, pero tampoco rindió frutos.
Todos los caminos condujeron al tricampeonato. La etapa inicial tuvo amo y fue Olimpia. La Jaiba lo intentó, como cuando la presa trata de morder al depredador. Fue una lucha estéril.
La fiesta de goles tuvo otro invitado. Javier Portillo recibió su regalo de Navidad. Miguel Castillo rechazó infantilmente hacia el centro y de cabeza, como refuta el abc del fútbol, para el centro no. Portillo se quitó la marca y a los 44 minutos para adentro.
COMPLEMENTO
Los lecheros salieron tarde a buscar lo que ya habían perdido en el primer tiempo. Efusivamente, pero sin frutos. Copete, Romero y Félix Crisanto trataron de asociarse, pero nada fue suficiente, encontrarse con la pierna de un zaguero olimpista se convirtió en un déjà vu una y otra vez.
Olimpia también estuvo intentándolo. Incluso a los 61 minutos, Fabio de Souza estuvo cerca de colocar un cabezazo que pasó desviado del arco de Orlin Vallecillo. Total, ya era goleada.
Con las bolsas llenas, los melenudos quisieron más. Ramiro Bruschi pivotó con una pelota a su favor y le ganó en el salto al defensor Rommel Murillo; el uruguayo, con lo que mejor usa, la velocidad, se enfiló al arco ceibeño, se sacó a Vallecillo y con el arco a su disposición puso el 4-0.
Suficiente para el homenaje dirigido a Faike, hijo del directivo Rafael Villeda, y Luis García, utilero ultimado esta semana. Había tiempo para celebrarlo, siempre pensando en rendirles tributo a estos olimpistas que seguramente habrían sido parte de esta fiesta.
Dos tricampeonatos, 26 títulos y una afición rebosante que se infla el pecho presumiendo de su palmarés, Olimpia se convierte en el dictador y dominador de las finales del fútbol hondureño. Celebren, que son 100 años de felicidad y muchos títulos que los ponen en la cima del fútbol hondureño. ¡Felicidades, tricampeones!
-FICHA TÉCNICA:
OLIMPIA: Donis Escober, Fabio de Souza, Bryan Beckeles, Juan Carlos García, Johnny Palacios, Luis Garrido, Javier Portillo, Reynaldo Tilguath (Hendry Córdoba, min.71), Sebastián Rosano, Douglas Caetano (Juan Ramón Mejía, min.81) y Roger Rojas (Ramiro Bruschi, min.65).
VICTORIA:
Orlin Vallecilo, Rommel Murillo, José Velásquez, Eder Arias, Wilmer Crisanto, Rigoberto Padilla (Júnior Lacayo, min.67), Miguel Castillo, Mario Romero, Héctor Castellanos (Víctor Ortiz, min.17), Mauricio Copete y Rubén Licona.
