Su sueño siempre fue vestir la camiseta de su selección. Burak Karan, nacido en 1987, era para muchos entrenadores una de las promesas del fútbol alemán, sin embargo, un giro en su vida lo hizo cambiar de profesión.
Durante su adolescencia jugó siete encuentros en el combinado germano y compartió vestuario con grandes figuras como Sami Khedira y Kevin-Prince Boateng. No obstante, al tiempo que su carrera ascendía y pasaba de las inferiores del Bayer Leverkusen al Hertha Berlin, y luego al Hamburgo, durante sus ratos libres no veía fútbol ni jugaba playstation; miraba videos de guerras.
Su hermano Mustafa le dijo al diario Bild que Burak “estaba desesperado, lleno de compasión por todas aquellas víctimas”.
Burak Karan (arriba) segundo de derecha a izquierda. Junto a él también aparecen Sami Khedira y Kevin-Prince Boateng
|
Con el pasar de los meses, este defensor central comenzó a reunir dinero y a enviar medicamentos a la frontera. Cumplidos los 21 años, Karan de raíces turcas dejó el fútbol y se sumó a las tareas humanitarias.
Sospechando que las ayudas que enviaba nunca llegaban, a los 26, casado y con dos hijos, decidió partir a aquel país para convertirse al islamismo. Si bien llegó a la frontera turco-siria, Karan aseguraba a sus familiares que no sería partícipe principal de la guerra.
Burak Karan enfrentando a Inglaterra con una selección juvenil de Alemania.
|
TRISTE FINAL
Karan, antes de marcharse de Alemania. llegó a ser investigado por la seguridad teutona por supuestos vínculos con Al Qaeda
El 11 de octubre de 2013, un ataque aéreo efectuado por las fuerzas de Al-Assad, a dos kilómetros de la frontera que divide Turquía y Siria terminó con la vida de Karan.
La última imagen de Burak Karan, antes de morir en 2013.
|