Londres, Inglaterra
Antes de que el verano de 2009 Cristiano Ronaldo aterrizara al Real Madrid, el club blanco estuvo mucho tiempo tras sus pasos. El Manchester United lo sabía, por lo que era consciente que sería muy complicado poder retener al jugador una vez expresara su deseo de marcharse. Alex Ferguson, en aquel entonces entrenador del equipo inglés, acabó exhausto de las maniobras del conjunto blanco y la presión de su representante Jorge Mendes para llevarse al jugador.
Ante la imposibilidad de quedarse con Cristiano como Red Devil, Ferguson armó un plan para que no recalara en el Madrid y sí lo hiciera en el eterno rival. Contactó con el Barça para que fuera su siguiente destino, pero el portugués tenía claro dónde quería jugar.
Así lo explica el periodista Guillem Balagué en el diario AS en un avance de la biografía que publica de la estrella del Real Madrid. El libro sale a la venta en España el próximo 19 de octubre.
