El partido entre Brasil y Australia agitó a más no poder a la “capital de la cerveza” alemana, la ciudad de Munich, atrayendo multitudes de hinchas y turistas que la tapizaron en dos colores: amarillo y verde.
Al ritmo de tambores y bailando samba, las bellas garotas (chicas) brasileñas armaron su show y junto a sus compatriotas le dieron un toque latino especial a la fiesta futbolera.
Éste es el nuevo baile del triunfo, aunque el seleccionado brasileño no juega bonito, ellos se mueven bien.
Pero esta vez la fiesta fue compartida, muchos australianos cargaban en sus espaldas canguros inflables como mascotas, enfundados en pelucas auriverdes y en su bandera.
El Scratch necesita la mano de su afición.