24/04/2024
08:22 PM

Crónica de la violencia en el Morazán: lo que originó la pelea entre barras de Real España y Marathón

  • 02 abril 2022 /

Las barras a protagonizar disturbios en el estadio Morazán y el fútbol hondureño volvió a perder.

San Pedro Sula, Honduras.

La pelota se volvió a manchar, el fútbol hondureño fue una vez más víctima de la violencia de las barras. El clásico sampedrano Real España-Marathón, que pintaba para una noche de fiesta, terminó en caos, drama, temor, agresiones y heridos en la cancha del estadio Morazán.

El club aurinegro prohibió la entrada a la barra del equipo verdolaga en el coloso de San Pedro Sula, no obstante, fueron incapaces de imponer seguridad a los hinchas locales, que temieron por sus vidas, una vez más, en un derbi sampedrano, que en 30 minutos veía a la Máquina ganar, hasta que los gritos empezaron a hacer eco en el inmueble.

VER MÁS: EL COMUNICADO QUE MANDÓ REAL ESPAÑA

El caos se veía venir cuando a los 20 minutos de juego, un grupo no mayor de 40 personas, vestidos de camisa negra, “infiltrados”, empezaron a emitir cánticos en apoyo al Marathón desde el sector de sombra sur.

TE PUEDE INTERESAR: MARATHÓN RESPONDIÓ CON FUERTE COMUNICADO

Desde entonces, el panorama se puso tenso en el sector de preferencia, pues los hinchas desde palco empezaron a provocar a los visitantes, insultando y lanzando objetos desde arriba, desatando la furia entre ellos, alertando a la barra local, que desde sol sur, se movieron hacia dicha localidad, iniciaron a golpear el portón, y el pánico inició.

Las personas, buscando refugio de la estampida, comenzaron a saltarse las bardas de silla. El árbitro central Saíd Martínez paró el juego, y mientras eso pasaba, los pocos verdolagas rompieron sillas, y demás objetos que se encontraban en el camino, para usarlas como armas, e iniciaron a lanzarlas por doqueir.

Las escuadras sampedranas corrieron hacia los camerinos. Manuel Keosseián, que volvía al fútbol hondureño tras tres años, se lamentaba de lo acontecido. Juan Obelar, su asistente, no lo podía creer.

Aficionados del Marathón se infiltraron en el estadio Morazán y después sacaron banderas de su equipo.

Instantáneamente, el césped se empezó a llenar de civiles, que se refugiaron hacia el este del campo, pues al otro lado los barristas aurinegros corrían con la misión de atacar a sus “enemigos”, que son, como ellos, amantes del fútbol.

Piedras se usaron como proyectiles. Unos pocos lograron colarse en las graderías y en conjunto arrasaron con sus presas, pues no hay otra manera de catalogar a los violentos personajes que privan del espectáculo.

Los hinchas del Real España se alertaron y llegaron hasta el sector donde se encontraban los seguidores del Marathón para protagonizar una brutal pelea.

Los agentes policiales pudieron prevenir el disturbio, pues cuando los civiles fueron identificados como peligro al mostrar la bandera de Marathón cuando alentaban, decidieron moverse de a poco, sin darle la importancia necesaria. El infortunio pasó, y ellos sólo pudieron contener a los que estaban enfrente de sus narices.

Los periodistas empezaron a transmitir desde el lugar de los hechos, niños se escondían en los brazos de sus padres del miedo. Otros mayores gritaban que en su vida volverían al estadio. Esto cuando las sirenas se escuchaban en las afueras del estadio.

Este aficionado lanzando objetos durante una invasión de hinchas al campo de juego del estadio Morazán.

El clásico se suspendió y horas después del zafarrancho, no se han reportado muertes oficiales, pero lo que sí se conoce es que el fútbol volvió a perder, una vez más, en Honduras.

La Policía Nacional detuvo a varios aficionados durante los disturbios.
Algunos miembros policiales resultaron heridos en la pelea de barras.