Su porte no parece el de un joven que acaba de cumplir 17 años, seguramente con su 1.83m de estatura Alberth Elis le mete miedo a sus adversarios. Ya tiene el reconocimiento de la afición catracha como un goleador, que quiere escribir su propia historia en el fútbol hondureño.
Cuando pocos lo conocían, Elis apareció sorprendiendo con su estampa y chapa de goleador en la Selección Sub-17, con la que logró el pase al Mundial de Emiratos Árabes en el Premundial disputado recientemente en Panamá.
“Tengo que seguir trabajando más y esta clasificación nos da un plus para seguir metiéndole más”, expresa un Elis, goleador de la Sub-17, invitado de honor en la sala de redacción de Diario LA PRENSA.
El atacante nos contó que desde muy pequeño tuvo la influencia de su padre Osman Elis, quien logró jugar a nivel federado, pero sin dar el salto a la Liga Profesional, algo que lo tocó y su primera inclinación fue con el arco, respaldado por su estatura.
“En aquel tiempo estaba Oliver Kahn (exarquero de Alemania) y yo decía que quería ser como él, porque era bueno en el arco, pero después que me pegaron una goleada de 7-0 ya no quise volver a ser portero y en una ocasión donde faltaban jugadores, el entrenador me puso de delantero y metí dos goles, me gustó y desde ahí decidí que iba a ser delantero”.
Fue entonces que a partir de los 11 años Alberth ya no era Oliver Kahn, ahora se visualizaba como un Didier Drogba, delantero marfileño al que admiraba cuando este jugaba para el Chelsea. Elis, luego de su equipo Sembrados, donde tuvo sus inicios siendo un niño, pasó a entrenar con el Inmude, de ahí emigró para la escuela de fútbol Esafi, donde luego de algún tiempo pasó a la categoría Premosco del Real España. “Después subí a Mosco y de ahí de un solo me pasaron a la categoría Mayor”, relata.
No conforme, Elis fue a realizar una prueba a las Reservas del club españolista, pero el técnico Juan Castro no lo aceptó, al siguiente año realizó una segunda, donde ya el técnico era Douglas Munguía, pero cuando iba a firmar con el España no llegaron a un acuerdo y se le presentó la oportunidad de ir a Monterrey, México, después de que escauteadores de este club lo vieran jugar en el torneo colegial de la Copa Cocacola con el Instituto Evangélico, al que pertenecía luego de obtener una beca.
Cuenta que cuando ya prácticamente estaba todo listo para irse a México para jugar en las fuerzas básicas del club regiomontano, apareció el ofrecimiento del Olimpia, al que ahora pertenece.
Antes de eso, en el torneo de talentos, previo a organizarse la Sub-17, los técnicos albos a nivel menor, Nerlim Membreño y Óscar Cocly Salgado lo observaron y recomendaron su contratación con los blancos.
El goleador se define como un jugador rápido, fuerte y que siempre va a todas. “Las lucho todas dentro del campo y si me queda una trato de meterla”.
Reconoce que en el entorno nacional siempre admiró mucho a David Suazo, pero más que lo comparen con Suazo, él quiere ser reconocido por los logros que pueda alcanzar, fabricando su propia historia.
En octubre es el Mundial Sub-17 de Emiratos Árabes y el jugador sampedrano apuesta por cambiar la historia de las participaciones de Honduras en este nivel.
“Dicen que en esta categoría solo hemos ido a pasear a los mundiales, no se ha podido ganar, pero nosotros vamos a tratar de hacer la diferencia, primero Dios”. Elis es ambicioso en sus pretensiones. “Mi sueño es ir a ser campeón goleador del Mundial Sub-17, jugar en Olimpia y luego salir al extranjero”.
Confiesa ser furibundo seguidor del Real Madrid, “pero sueño con llegar a ser jugador del Chelsea de Inglaterra”.
El joven delantero albo es consciente que todavía tiene que remar mucho para ser el delantero que quiere ser y poder cristalizar esos sueños. “Tengo la velocidad y la fuerza, pero sé que tengo que mejorar en lo técnico”.
Afortunadamente, aparte de sus padres, que profesan la religión evangélica lo aconsejan, tiene a sus técnicos del Olimpia y de la Sub-17 hacen lo propio en la parte futbolística y lo hacen que mantenga los pies sobre la tierra.
“Lo más importante del éxito es la humildad, siempre le pido a Dios humildad, que es una de las cosas más importantes para poder triunfar, pero lo principal para mí es ayudar a mi familia y trabajo fuerte y mi meta también es ser convocado a la selección mayor y llegar a un Mundial”.
Reconoce que es una persona tranquila fuera del campo, pero ya en la cancha se transforma, “soy un poco más enojado y a la hora de luchar por el balón voy con todo”, sostiene.