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Cuando los elefantes luchan, la hierba es la que sufre

  • Actualizado: 31 enero 2007 /

El título no pretende sugerir el duelo entre dos grandes equipos, ya sea del ámbito nacional o extranjero, armados hasta los suplentes, ojo con la aclaración por venir, con los mejores jugadores, tanto para cobrar como para jugar; con un dominio, casi bilingüe, de la estrategia y la táctica y, por si fuera poco, blindados con una psicología del rendimiento extraída de la fábrica y una preparación física más cerca de Esparta que de Atenas.

El título no pretende sugerir el duelo entre dos grandes equipos, ya sea del ámbito nacional o extranjero, armados hasta los suplentes, ojo con la aclaración por venir, con los mejores jugadores, tanto para cobrar como para jugar; con un dominio, casi bilingüe, de la estrategia y la táctica y, por si fuera poco, blindados con una psicología del rendimiento extraída de la fábrica y una preparación física más cerca de Esparta que de Atenas, semblanza repetida miles de veces, durante más de 24 horas diarias, si sumamos la cantidad industrial de programas, pequeños y medianos, que encontraron petróleo en este juego.

El título tampoco pretende inducir a pensar que estos dos pesos pesados lucharán por dirimir su negocio deportivo sobre el peso de una virgen de cabello verde natural, con sugestivas curvas blancas, donde la línea más larga se une con la más corta, creando una zona prohibida, una área delicada que será pisada demoledoramente hasta sacar polvo por hierba.

Aún aceptando que el fútbol es el único deporte que se juega exclusivamente con los pies y su interpretación morbosa, el título sería más acorde con tomar de bolea la metáfora y culminar en prosa-gol una hermosa cadena de pases que pretende hasta saciarse, por ignorar y no por hambre, ver a dos lindos elefantes tirando un campo de fútbol para quedarse con la mitad ofensiva de la cancha. Qué pena, no saben que al final de los primeros 45 minutos cambiarán de portería, como dijo Einstein: “Es más fácil destruir un protón que un prejuicio”.

Sería más fácil decir directamente que cuando los dos partidos políticos se pelean por los fondos para la pobreza, los pobres sufrirán las consecuencias.

Cuando los equipos grandes hacen y deshacen con los calendarios, vía Uncaf, vía Selección, a pesar de tener amplios y mejores planteles, los conjuntos chicos deben jugar los miércoles con luz solar y cada tres amaneceres.

No sé si se aplicaría, pero a la mayoría de los hondureños adentro se nos castiga y afuera se nos premia y a una minoría elegida, adentro se les premia y afuera se les castiga.

Será que cuando a la hierba le gusta ser hierba puede ser material para poemas, alfombra roja para las estrellas o simplemente hierba de la que hiere la planta desnuda que la riega o de la que besa la bota de quien la pisotea.