Mantener el motor de un vehículo en buen estado es crucial para evitar reparaciones costosas y prolongar su vida útil. Aunque existen muchos consejos y prácticas de mantenimiento, hay un truco esencial que puede marcar la diferencia.
El mantenimiento preventivo es el mejor truco para evitar costosas reparaciones del motor. Esto incluye realizar cambios de aceite, revisar los filtros, y verificar el sistema de enfriamiento. Aquí te explicamos cómo se ejecuta.
La importancia del cambio de aceite y filtro
El cambio regular de aceite y filtro es fundamental para mantener el motor en óptimas condiciones. Según el mecánico Scotty Kilmer, con más de 55 años de experiencia, “el aceite y el filtro se deben cambiar cada 5.000 millas para garantizar la lubricación adecuada de los componentes internos del motor y evitar la acumulación de residuos”. Este simple hábito puede prevenir averías costosas y prolongar la vida del motor.
Mantener los niveles de refrigerante
El refrigerante es esencial para evitar el sobrecalentamiento del motor. Kilmer recomienda cambiar el refrigerante cada cinco años y utilizar el tipo adecuado para tu vehículo. “Un refrigerante corroído puede dañar el motor, por lo que es importante mantenerlo en buen estado”, explica.
Conducir de manera adecuada
La forma en que conduces también influye en la durabilidad del motor. Acelerar de forma brusca o mantener el motor a altas revoluciones durante períodos prolongados puede acelerar el desgaste de componentes esenciales. Kilmer sugiere no superar las 3.000 RPM para minimizar el impacto en el motor.
Utilizar tachuelas en la tapa del motor
Un truco menos convencional pero efectivo es colocar tachuelas pegadas en la tapa del motor para evitar que animales como gatos, ratas o ardillas se refugien en el compartimento del motor. Esta práctica crea una superficie incómoda y hostil, disuadiendo a los animales de acercarse y prevenir daños en los componentes del motor.
Revisar los niveles de aceite regularmente
Además de cambiar el aceite y el filtro, es importante revisar los niveles de aceite regularmente. Mantener el nivel adecuado de aceite garantiza la lubricación óptima y previene el desgaste prematuro de los componentes internos del motor.
Escuchar los sonidos del motor
Prestar atención a los sonidos del motor puede ayudarte a identificar problemas antes de que se conviertan en reparaciones costosas. Si escuchas ruidos inusuales, es recomendable llevar el vehículo a un mecánico para una revisión.

Realizar mantenimiento preventivo
El mantenimiento preventivo es clave para evitar averías costosas. Kilmer enfatiza la importancia de seguir las recomendaciones del fabricante y realizar revisiones periódicas para mantener el motor en buen estado.
Utilizar productos de calidad
Utilizar productos de calidad, como aceites y refrigerantes recomendados por el fabricante, puede hacer una gran diferencia en la durabilidad del motor. Los productos de baja calidad pueden no ofrecer la protección necesaria y causar daños a largo plazo.
Evitar el sobrecalentamiento
El sobrecalentamiento es uno de los problemas más comunes y dañinos para el motor. Mantener el sistema de refrigeración en buen estado y evitar conducir en condiciones extremas puede prevenir el sobrecalentamiento.
Limpiar el motor regularmente
La limpieza regular del motor puede prevenir la acumulación de suciedad y residuos que pueden afectar su rendimiento. Utilizar productos de limpieza adecuados y seguir las recomendaciones del fabricante es esencial.
Revisar las correas y mangueras
Las correas y mangueras del motor deben revisarse regularmente para detectar signos de desgaste o daño. Reemplazarlas a tiempo puede prevenir averías costosas y mantener el motor funcionando correctamente.
Realizar pruebas de diagnóstico
Las pruebas de diagnóstico pueden identificar problemas en el motor antes de que se conviertan en reparaciones costosas. Realizar estas pruebas periódicamente puede ayudarte a mantener el motor en buen estado.
Mantener el motor de tu vehículo en buen estado requiere atención y cuidado regular. Cambiar el aceite y el filtro, mantener los niveles de refrigerante, conducir de manera adecuada, utilizar tachuelas en la tapa del motor y realizar mantenimiento preventivo son prácticas esenciales para evitar reparaciones costosas y prolongar la vida útil del motor.