Un origen inesperado: el listón durazno de Charlotte Haley
Cada octubre, el mundo se tiñe de rosa. Calles, redes sociales, prendas y campañas adoptan este color como parte de un movimiento global de concientización sobre el cáncer de mama. Pero detrás del icónico listón rosa hay una historia de activismo, transformación y significado profundo.
Un origen inesperado: el listón durazno de Charlotte Haley
El símbolo que hoy representa la lucha contra el cáncer de mama no nació rosa. En la década de 1990, Charlotte Haley, una mujer estadounidense cuya familia había sido afectada por esta enfermedad, comenzó a confeccionar listones de color durazno en su hogar. Los distribuía junto a una tarjeta que decía:
“El presupuesto anual del Instituto Nacional del Cáncer es de 1,800 millones de dólares, y solo el 5% se destina a la prevención. Ayúdanos a despertar a nuestros legisladores y a Estados Unidos”.
Su iniciativa buscaba llamar la atención sobre la falta de inversión en prevención. Aunque su campaña era independiente y no comercial, captó el interés de grandes organizaciones que deseaban sumarse al movimiento.
De durazno a rosa: el nacimiento de un símbolo universal
La revista Self y la marca de cosméticos Estée Lauder se acercaron a Haley para colaborar, pero ella rechazó la propuesta por considerar que su causa debía mantenerse alejada de intereses comerciales. Ante esto, las empresas decidieron adoptar un listón similar, pero cambiaron el color a rosa, considerado más suave y esperanzador. Así nació el listón rosa como símbolo oficial de la lucha contra el cáncer de mama.
Más que un color: un mensaje de unidad y conciencia
Hoy, el listón rosa representa solidaridad, esperanza y compromiso. Se utiliza para promover la detección temprana, apoyar a quienes enfrentan la enfermedad y recordar a quienes han fallecido. Además, impulsa campañas educativas, recauda fondos para investigación y une a millones de personas en una causa común.
El legado de Charlotte Haley persiste en cada listón que se porta con orgullo. Aunque el color cambió, el mensaje original de conciencia y acción sigue vivo, recordándonos que detrás de cada símbolo hay una historia que merece ser contada.