El yoga se desarrolló como una práctica espiritual hace miles de años. Hoy las personas hacen yoga para reducir el estrés.
SAN PEDRO SULA. El yoga es una práctica que existe desde hace miles de años, se originó en Asia y posteriormente se extendió hasta occidente. Entre los textos sagrados llamados Vedas, se encontraron los primeros registros en la India. Lo destacable es que brinda bienestar de mente, cuerpo y corazón y crea una unión entre ellos.
Sus beneficios son múltiples, asegura la experta en yoga Sandra Hadith Alvarado, “el desarrollo de la flexibilidad, la mejora de las posturas corporales, el equilibrio y armonía con todo lo que le rodea, además de la mejora en la respiración, conciencia del presente y mejora de la coordinación”.
A esto se puede agregar que el yoga es un estilo de vida, donde el sueño, la digestión, la forma de actuar y pensar se ven mejoradas en quienes lo practican.
Inclusivo. El yoga no discrimina, cualquier persona lo puede practicar, es recomendado para todas las edades porque mejora notablemente la calidad de vida. ¿De qué forma podemos empezar a practicar yoga? Pues, primero hay que definir unos términos importantes: postura y contrapostura.
La especialista las define así, la primera, también conocida como “asana”, que en sánscrito quiere decir “asiento”, la postura sentada en la cual los yoguis antiguos practicaban meditación. Mientras la segunda son posiciones que se realizan después de una postura muy extrema que ha puesto la columna en la misma posición durante un tiempo prolongado, por eso se la da el descanso al lado contrario, complementándose perfectamente para evitar dolores de espalda.
Algunos ejemplos de las asanas y contraposturas son los siguientes:
La cobra se trata de una postura de extensión hacia atrás que suele realizarse para compensar las de extensión hacia delante. Este tipo de asanas suelen realizarse durante menos tiempo, ya que el esfuerzo es mayor. Sin embargo, se trata de una postura de yoga fácil, pero muy buena para tu cuerpo y para tu mente.
El pez es un estiramiento contrario a las vértebras torácicas y cervicales. La columna se arquea, la cabeza se echa hacia atrás y el pecho se abre estimulando y mejorando la respiración.
La postura Salamba Sirsasana I o parado de cabeza consiste en tener el cuerpo totalmente invertido, sostenido con el apoyo de los antebrazos y con la corona de la cabeza posicionada suavemente en el piso. Fomenta la concentración y la memoria por la cantidad de sangre que llega al cerebro.
Las extensiones de espalda o el camello tienen grandes beneficios físicos, pero también nos ayudan mucho psicológicamente. En el plano físico, flexibilizan la espalda, (y ya sabes lo que dicen: tenemos la edad que muestra nuestra columna vertebral), abre el pecho, fortalece los hombros y los brazos.
Genera la autoconfianza por el tipo de movimiento, lo cual repercute en una mejora de la autoestima, da energía, combate la depresión y mantiene la mente alerta. El yoga no se define como un deporte en sí, no existe la competencia, su misión es sentir, disfrutar y aprender.
Al único que enfrentarás es a ti mismo, al cuerpo que habitas. “Para mí el yoga lo es todo, es esa unión de nosotros mismos con todo lo que nos rodea, abarca los aspectos mentales, físicos y psicológicos para poder tener un balance entre mente, cuerpo y corazón, permitiéndonos ser conscientes de nuestro cuerpo, forma de pensar y actuar”, afirma Sandra Hadith Alvarado, experta en yoga y vida sana.
Esta práctica utiliza posturas físicas, ejercicios de respiración y meditación para mejorar la salud general. Consulte a su médico antes de hacerla.
