¿Sabías que tus brochas pueden acumular maquillaje viejo, mugre, aceite, bacterias y células muertas que podrían hacerte daño? El utilizar brochas sucias en tu maquillaje y aplicar sobre tu rostro te puedes provocar brotes de acné o manchas.
1. Acné:
Poner bacterias y gérmenes al rostro con una brocha pegajosa y polvorienta puede agravar condiciones de la piel como el acné. Y si tienes una erupción o poro abierto o piel reseca, las bacterias pueden provocar una infección. Ésta es la razón más importante para ser lo más higiénica posible.
2. Irritación de la piel:
Las cerdas de las brochas empapadas con producto pueden secarse, causando una textura más agresiva para la piel. ¡Ojo! Si la piel tiene contacto con cosas agresivas, no sólo puede volverla más áspera, sino que también podría lastimarla.
3. Herpes e infecciones:
Los contenedores de tu gloss y rímel son oscuros y tienen un ambiente húmedo, donde el herpes suele vivir y ser feliz. La buena noticia de esto es que puedes limpiarlas con un poco de alcohol. Y como última recomendación: nunca compartas rímel, delineador o brochas de maquillaje con cualquier otra persona.
4. Contaminación:
Los geles y cremas cosméticas tienen ambientes húmedos esperando un par de cerdas sucias para multiplicar las bacterias. El maquillaje líquido envejece mucho más rápido que el polvo, así que es importante separar cada brocha para evitar que se contaminen.
5. Cambios de color:
Si tus brochas de maquillaje están sucias, el tono buscado podría cambiar de apariencia en tu piel. Además, el desvanecido y contorno puede volverse más difícil gracias a esto. Lo que quieres es que tu piel se vea lo más suave y bien posible, así que deberás ser súper higiénica.
6. Destruye las brochas:
Las cremas de maquillaje pueden secarse en las brochas y endurecer las cerdas… prácticamente destruyéndolas. Las buenas brochas de maquillaje pueden llegar a ser muy caras, así que deberías aprender a cuidarlas mejor.
Con información de Eme de Mujer