Cómo afecta la ola de calor a la salud pública en Honduras

Descubra cómo la ola de calor en Honduras está afectando la salud pública, sus efectos y las medidas para mitigar su impacto en la población

  • 30 may 2024

REDACCIÓN. Las olas de calor se están convirtiendo en eventos cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático. Honduras, como muchos otros países, no es ajeno a este fenómeno. Las temperaturas extremas no solo afectan el medio ambiente y la economía, sino que también tienen un impacto significativo en la salud pública.

Este artículo explora cómo las olas de calor en Honduras afectan la salud de su población y qué medidas pueden tomarse para mitigar estos efectos.

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La ola de calor en Honduras: un fenómeno en aumento

El impacto directo en la salud se puede reflejar de diferentes formas, las cuales son perjudiciales y avisan de que hay que tomar medidas más fuertes para prevenirla.

1. Golpe de calor

Síntomas: El golpe de calor se manifiesta con síntomas como temperatura corporal elevada (por encima de 40°C), piel caliente y seca, confusión, pérdida del conocimiento, pulso rápido y fuerte, y respiración rápida y superficial.

Prevalencia: Durante las olas de calor, el número de casos de golpe de calor tiende a aumentar, especialmente en zonas urbanas densamente pobladas y entre personas que trabajan al aire libre o en ambientes sin ventilación adecuada.

2. Deshidratación

Síntomas: Sed intensa, boca seca, fatiga, mareos, disminución en la producción de orina, orina de color oscuro, piel seca y pérdida de elasticidad en la piel.

Prevalencia: La deshidratación es común entre todos los grupos de edad, pero especialmente peligrosa para los niños pequeños, ancianos y personas con enfermedades crónicas.

3. Exacerbación de Enfermedades Crónicas

Cardiovasculares: Las altas temperaturas aumentan la carga sobre el sistema cardiovascular, llevando a una mayor incidencia de eventos como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.

Síntomas: Dolor en el pecho, dificultad para respirar, mareos, sudoración excesiva.

Respiratorias: Las enfermedades como el asma y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) se agravan con el calor extremo. Síntomas: Tos persistente, sibilancias, dificultad para respirar, opresión en el pecho.

Prevalencia: Los hospitales suelen reportar un aumento en las admisiones por estas condiciones durante las olas de calor.

4. Problemas de Salud Mental

Síntomas: Aumento en la irritabilidad, ansiedad, insomnio, y en casos extremos, cuadros de delirio o psicosis.

Prevalencia: Las altas temperaturas pueden afectar el estado de ánimo y la capacidad cognitiva, especialmente en individuos ya predispuestos a trastornos mentales.

5. Enfermedades transmitidas por el agua y los alimentos

Síntomas: Diarrea, vómitos, calambres abdominales, fiebre.

Prevalencia: El calor promueve el crecimiento bacteriano en alimentos y agua, incrementando las infecciones gastrointestinales. Se observa un incremento en casos de enfermedades como la salmonelosis y la gastroenteritis durante estos periodos.

6. Impacto en la calidad del aire

Síntomas: Irritación en ojos, nariz y garganta, tos, empeoramiento de enfermedades respiratorias preexistentes.

Prevalencia: Las altas temperaturas pueden aumentar los niveles de ozono y otros contaminantes en el aire, lo que tiene un impacto directo en la salud respiratoria de la población.

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Cambio climático en Honduras: causas y consecuencias de las olas de calor

1. Ola de Calor de 2019

En 2019, Honduras experimentó una de las olas de calor más intensas de su historia reciente. Las temperaturas alcanzaron máximos históricos en varias ciudades, superando los 40°C en algunas áreas. Esta ola de calor tuvo varios efectos adversos:

Salud pública: Hubo un aumento notable en los casos de golpes de calor y deshidratación. Los hospitales reportaron un incremento del 25% en las admisiones relacionadas con el calor, especialmente entre ancianos y niños.

Agricultura: La sequía y las altas temperaturas afectaron gravemente la producción agrícola, reduciendo las cosechas de maíz y frijoles, alimentos básicos en la dieta hondureña.

Economía: Las pérdidas económicas fueron significativas, con el sector agrícola y el suministro de agua potable particularmente afectados. Las ciudades experimentaron restricciones de agua, agravando las condiciones de vida de la población.

2. Ola de Calor de 2020 y Pandemia de COVID-19

La ola de calor de 2020 coincidió con la pandemia de COVID-19, exacerbando aún más los desafíos para la salud pública. Las altas temperaturas complicaron la gestión de la pandemia de varias maneras:

Centros de salud saturados: Los centros de salud, ya bajo presión por la pandemia, tuvieron que enfrentar un aumento adicional en los casos de enfermedades relacionadas con el calor.

Condiciones de trabajo: El calor extremo dificultó las condiciones de trabajo para los trabajadores esenciales, incluyendo personal médico y trabajadores de servicios públicos.

Aislamiento y confinamiento: Las medidas de confinamiento para controlar la pandemia dificultaron que muchas personas encontraran alivio del calor, ya que no podían acceder fácilmente a lugares con aire acondicionado o espacios públicos más frescos.

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Medidas de salud publicar para mitigar los efectos de la ola de calor

Dada la creciente frecuencia e intensidad de las olas de calor en Honduras, las autoridades de salud pública han implementado una serie de medidas para mitigar sus efectos y proteger a la población. Estas medidas abarcan desde sistemas de alerta temprana y programas de educación pública hasta mejoras en la infraestructura sanitaria y la promoción de políticas de salud laboral.

Medidas de Mitigación y Adaptación

1. Sistemas de Alerta Temprana

Monitoreo meteorológico: Se han establecido sistemas de monitoreo climático en colaboración con instituciones meteorológicas nacionales e internacionales. Estos sistemas permiten prever las olas de calor con anticipación y emitir alertas tempranas a la población.

Comunicación de riesgos: Las alertas se comunican a través de múltiples canales, incluyendo radio, televisión, redes sociales y mensajes de texto, asegurando que la información llegue a la mayor cantidad de personas posible.

2. Programas de educación y concienciación pública

Campañas educativas: Se han lanzado campañas de concienciación sobre los peligros de las olas de calor y las medidas preventivas que deben tomarse. Estas campañas incluyen folletos informativos, anuncios en medios de comunicación y talleres comunitarios.

Materiales educativos: Se distribuyen materiales educativos en centros de salud, escuelas y lugares de trabajo, ofreciendo información sobre cómo reconocer y tratar los síntomas del golpe de calor y la deshidratación.

3. Mejoramiento de infraestructuras de salud

Capacitación del personal de salud: Los trabajadores de la salud reciben capacitación específica sobre cómo manejar casos de enfermedades relacionadas con el calor, asegurando una respuesta eficaz y oportuna.

Equipamiento de hospitales: Se han mejorado las instalaciones de hospitales y centros de salud con equipos adecuados para tratar a pacientes afectados por el calor extremo, incluyendo la instalación de unidades de aire acondicionado y la provisión de suficientes suministros médicos.

4. Establecimiento de refugios climáticos

Centros comunitarios: Se han establecido refugios climáticos en algunos centros comunitarios y escuelas, donde las personas pueden refugiarse durante las horas más calurosas del día. Estos refugios están equipados con aire acondicionado y acceso a agua potable, aunque claro, no está generalizado ante la falta de recursos. Algunos docentes junto a los padres de familia reúnen fondos para comprar aire acondicionado o ventiladores y así aliviar la ola de calor.

Horarios flexibles: En colaboración con empresas y organizaciones, incluso centros educativos, se promueven horarios de trabajo y de clases flexibles para evitar la exposición al sol y las altas temperaturas durante las horas pico de calor.

Imagen referencial de la ola de calor que ha azotado Honduras en estos primeros meses del año.

Cómo protegerse durante una ola de calor: calor y recomendaciones

1. Hidratación adecuada

Beber suficiente agua: Es fundamental mantenerse bien hidratado. Se recomienda beber al menos 2 litros de agua al día, o más si se realiza actividad física intensa o se está expuesto al sol.

Evitar bebidas deshidratantes: Evitar bebidas alcohólicas, cafeína y azucaradas, ya que pueden contribuir a la deshidratación.

2. Vestimenta apropiada

Ropa ligera y holgada: Usar ropa ligera, de colores claros y tejidos transpirables como el algodón, que ayudan a mantener el cuerpo fresco.

Protección solar: Usar sombreros de ala ancha, gafas de sol y protector solar para protegerse de los rayos UV.

3. Evitar la exposición directa al sol

Horas pico: Evitar actividades al aire libre durante las horas de mayor calor, generalmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m.

Buscar sombra: Permanecer en lugares sombreados o en interiores con aire acondicionado durante las horas más calurosas del día.

4. Refrigeración del cuerpo

Baños y duchas: Tomar baños o duchas frías puede ayudar a bajar la temperatura corporal.

Uso de paños húmedos: Aplicar paños húmedos y fríos en áreas como el cuello, las muñecas y la frente.

5. Atención a los grupos vulnerables

Niños y ancianos: Asegurarse de que los niños y los ancianos estén bien hidratados y frescos, ya que son más susceptibles a los efectos del calor extremo.

Personas con enfermedades crónicas: Aquellos con condiciones médicas preexistentes deben tener especial cuidado y seguir las recomendaciones de sus médicos.

6. Reconocimiento de síntomas

Signos de golpe de calor: Conocer los síntomas del golpe de calor, como alta temperatura corporal, confusión, náuseas, y actuar rápidamente buscando atención médica si se presentan.

Síntomas de deshidratación: Estar alerta a signos de deshidratación como sed extrema, mareos, y orina oscura, y aumentar la ingesta de líquidos inmediatamente.

El cambio climático es uno de los desafíos más significativos y urgentes que enfrenta la humanidad en el siglo XXI. Sus efectos son amplios y profundos, impactando el medio ambiente, la economía, la salud pública y la estabilidad social. En países como Honduras, que son particularmente vulnerables a fenómenos climáticos extremos como las olas de calor, la necesidad de adaptación y mitigación es crítica. Esta reflexión aborda la importancia de estas estrategias y su relevancia para asegurar un futuro sostenible y seguro.

Por otro lado, la mitigación del cambio climático se centra en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura global. Esto es crucial para prevenir un futuro con condiciones climáticas aún más extremas.

- Energías renovables: Promover el uso de fuentes de energía renovable como la solar, eólica y biomasa para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

- Eficiencia energética: Implementar políticas y tecnologías que mejoren la eficiencia energética en todos los sectores, desde la industria hasta el transporte y los hogares.

Adaptarse al cambio climático implica prepararse para los efectos ya inevitables, protegiendo a la población y las infraestructuras críticas. La mitigación, por otro lado, se enfoca en abordar las causas subyacentes del cambio climático, reduciendo las emisiones y promoviendo prácticas sostenibles.

La colaboración entre gobiernos, comunidades, empresas y organizaciones internacionales es esencial para enfrentar este desafío global. Solo mediante un esfuerzo conjunto y sostenido podremos mitigar los impactos del cambio climático y construir un futuro más seguro y resiliente para todos.