Los Ángeles. Al actor británico Tom Hiddleston le gusta dar espectáculo ya sea como el traicionero Loki de la saga Thor o marcándose un baile a lo gangnam style frente a un público enloquecido ante el que no duda en entonar su tema preferido de la discografía de Michael Jackson.
Hiddleston (32) reconoce que es algo que está en su naturaleza, como sus ojos azules o su pelo rizado rubio que pocos asocian con su imagen, camuflada por la larga melena oscura de su álter ego de las películas de Marvel, con el que se ha dado a conocer mundialmente.
Como un artista
“A veces se olvida que los actores somos artistas”, señala Hiddleston a Efe en una entrevista sobre Thor: The Dark World, un filme que antes de debutar en EUA ya ha recaudado más de 100 millones de dólares en las taquillas internacionales.
En la película, el intérprete juega al despiste. Su personaje de Loki, el príncipe del engaño de los cómics de Marvel, se muestra más polarizado que en las dos cintas donde se le ha podido ver hasta la fecha: Thor y The Avengers. Por un lado, vulnerable; por otro, mezquino y egocéntrico.
“Él es como el teclado de un piano, con teclas blancas y negras, pero, detrás de su fachada con la que trata de controlarlo todo, es un chico perdido, con el corazón roto”, explica Hiddleston, que ve en ese coctel de emociones la clave de su popularidad. “La audiencia puede entenderle, empatizar con él, aunque es un villano arrogante y orgulloso.
También hay algo muy entretenido en alguien que está constantemente causando el caos”, apunta.
A raíz del éxito de su personaje se ha generado un interés en ver una película centrada en Loki, hasta ahora un secundario de la saga Thor, algo sobre “lo que se está hablando mucho”, dice Hiddleston. “Es increíble. Sería fascinante, pero de alguna forma me gustaría que Thor estuviera más envuelto, porque él y Loki son como el yin y el yang, dos partes de lo mismo”, señala el intérprete, que entre febrero y mayo de 2014 rodará con Guillermo del Toro “Crimson Peak”.
