Ciudad de México
Ya se utilizan como mecanismo de seguridad en maquinaria fuera de control, pero ahora que nos acercamos cada vez más a la posibilidad de interactuar con inteligencias artificiales, el proverbial “botón rojo” de emergencia, necesita entrar en escena para impedir una “rebelión de los robots”.
Esa es la premisa de la que parte Google para desarrollar este mecanismo de control pues es una cuestión estadística de que por muy bien diseñado que esté un sistema de aprendizaje programado, este no siempre funcionará de manera óptima y de darse el caso, es necesario contar con un dispositivo que desactive la máquina antes de que se produzca un daño irreversible contra la vida o la propiedad.
Google conformó el equipo DeepMind para que junto con otros científicos desarrollen un protocolo para que un ser humano interrumpa el funcionamiento de una plataforma de inteligencia artificial que no solo detenga a la máquina, sino que asegure que el robot no sea capaz de impedir o invalidar tales interrupciones.
Los efectos de trabajar con inteligencia artificial en el largo plazo todavía no están claros, por lo que contar con un mecanismo de seguridad que proteja a los seres humanos tiene toda la lógica cibernética.
