Uno de los elementos obligatorios en toda casa es la cama. En ella pasa una gran parte del día: horas de descanso vitales para su vida.
Por ello, es fundamental sentirse a gusto y cómodo durante el reposo nocturno o en una simple siesta.
Si echa un rápido vistazo a la historia, observará que todas las civilizaciones han empleado camas para el descanso, explica la decoradora de interiores Karla Ortega.
Un poco de historia
Los egipcios usaban camas muy altas, por lo cual se requería la ayuda de un taburete e incluso de una escalera, para poder acostarse.
En la dinastía Ming, se empleaban austeras camas colocadas a ras del suelo y cubiertas por cortinas translúcidas de gasa, mientras los emperadores otomanos dormían en elaborados lechos que los viajeros confundían con tronos reales. Los nativos americanos eran mucho más simples: empleaban hamacas, que pronto fueron adoptadas por los conquistadores europeos.
En la actualidad
Ya no queda casi nada por inventar y mucho menos respecto a la cama.
Las hay de todos los gustos: altas o bajas, grandes o pequeñas, modernas o clásicas.
Hay cientos de modelos para elegir. Quienes no tienen aún claro dónde disfrutar de sus reparadoras horas de sueño, deben visitar las tiendas de mueblerías donde reina la madera, el metal y hasta la imitación cerámica. Las que se entrelazan formando curvas sinuosas, ofreciendo un aspecto casi exótico. Su resultado es una cama moderna con un toque muy elegante y distinguido.
Madera
El pino rústico da como resultado una creación de línea sencilla pero sobria, que hará del dormitorio la estancia más hogareña.
Invierta en la madera de san juan y tenga cama para toda su vida.