La elección entre una ducha o bañera depende de cómo se tome el acto de bañarse. Las primeras usan menos agua que las segundas, ocupan menos espacio y pueden instalarse en las habitaciones más pequeñas.
Ello hace que sean idóneas para personas con poco tiempo y para un baño junto a una habitación.
En cambio, para quienes conciben el baño como un momento especial durante el cual se disfruta de los efectos terapéuticos del agua, es recomendable una bañera.
Hay una gama muy sofisticada de sistemas de bañeras que pueden estimular o relajar. Alternativamente, también hay opción de escoger entre zambullirse en una gran bañera de cobre o en una muy profunda.
Tipos de duchas
Una gran variedad de platos, con amplias opciones de cierres y accesorios, ofrece una amplia gama de sistemas para elegir.
Las duchas pueden adaptarse para satisfacer necesidades concretas. Los tamaños de los cubículos son variables, hay individuales y dobles.
“Éstas últimas suelen ser rectangulares, aunque los diseños redondos, cuadrados y acabados en punta ofrecen mayor flexibilidad”, explica Jacobo Mejía, gerente de Inhisa.
Un plato de ducha cuadrado estándar puede instalarse fácilmente en la más pequeña de las esquinas de un cuarto de baño. Además de la roseta sobre la cabeza, se pueden añadir chorros laterales para el cuerpo y un asiento de madera, muy útil para los minusválidos. La ducha en ángulo permite que se duchen a la vez uno o dos adultos. También es posible tener una habitación-ducha.
Para ello se deben recubrir las paredes con azulejos y colocar un desagüe central. Una gran roseta proporcionaría una gran cantidad de agua.
Diferentes tipos de bañeras
Son innegables las propiedades terapéuticas de la hidroterapia, los baños y los remolinos.
Combinar un baño de hidromasaje relajante con una vigorizante ducha en una única unidad compacta permite utilizar al máximo un espacio limitado.
Para que los músculos se beneficien y relajen, el agua de una bañera debe ser lo bastante profunda para aguantar el peso del cuerpo.
