Tegucigalpa, Honduras.
La ilusión de Ramón Matute y Cindel Bustillo de ver crecer a su pequeño se desvaneció con su partida.
En una ceremonia privada, rodeado de todos los que con amor lo esperaban, el pequeño Liam fue velado ayer.
El bebé murió el pasado martes al mediodía en el Hospital Materno Infantil. Las causas siguen siendo un misterio, ya que hasta ayer la familia acusaba de negligencia al centro hospitalario.
Según ellos, un estudiante de Medicina le habría cerrado las piernas a la joven cuando ella empezaba su trabajo de parto. La joven pareja no se imaginó que un acto como ese le arrebataría de pronto la bendición de ser padres por primera vez.
Los muchachos, ambos estudiantes de Ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, despidieron el cuerpo de su angelito en medio de una inmensa tristeza.
Su madre, quien todavía tiene secuelas del parto, se mueve con dificultad; en su corazón guarda el recuerdo de que por poco tiempo su hijo la llenó de alegría. El dolor de la pareja inundó sus corazones y en una iglesia de su localidad se recibió los restos de ese pequeño pedazo de cielo que Dios les mandó hace seis días.
En el velorio se hicieron presentes las amistades y familiares de los padres, quienes no dudaron en demostrar sus muestras de aprecio y consuelo ante la irreparable pérdida.
Se supo, por personas cercanas a la familia, que los padres del varoncito por los momentos están tratando de reponerse de esta tragedia para luego determinar si se va o no a proceder legalmente.
La sepultura del bebé tampoco fue revelada por la familia, en su deseo de mantener la privacidad.
La ilusión de Ramón Matute y Cindel Bustillo de ver crecer a su pequeño se desvaneció con su partida.
En una ceremonia privada, rodeado de todos los que con amor lo esperaban, el pequeño Liam fue velado ayer.
El bebé murió el pasado martes al mediodía en el Hospital Materno Infantil. Las causas siguen siendo un misterio, ya que hasta ayer la familia acusaba de negligencia al centro hospitalario.
Según ellos, un estudiante de Medicina le habría cerrado las piernas a la joven cuando ella empezaba su trabajo de parto. La joven pareja no se imaginó que un acto como ese le arrebataría de pronto la bendición de ser padres por primera vez.
Los muchachos, ambos estudiantes de Ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, despidieron el cuerpo de su angelito en medio de una inmensa tristeza.
Su madre, quien todavía tiene secuelas del parto, se mueve con dificultad; en su corazón guarda el recuerdo de que por poco tiempo su hijo la llenó de alegría. El dolor de la pareja inundó sus corazones y en una iglesia de su localidad se recibió los restos de ese pequeño pedazo de cielo que Dios les mandó hace seis días.
En el velorio se hicieron presentes las amistades y familiares de los padres, quienes no dudaron en demostrar sus muestras de aprecio y consuelo ante la irreparable pérdida.
Se supo, por personas cercanas a la familia, que los padres del varoncito por los momentos están tratando de reponerse de esta tragedia para luego determinar si se va o no a proceder legalmente.
La sepultura del bebé tampoco fue revelada por la familia, en su deseo de mantener la privacidad.
