04/12/2025
08:00 AM

Una multitud dio el último adiós a niño asesinado en Ilama

Dos menores de edad y un joven de 18 años fueron enviados a prisión por el asesinato del peequeño Anderson Gerardo López (11) que cursaba el sexto grado.

Santa Bárbara, Honduras.

Los habitantes del municipio de Ilama, Santa Bárbara, dieron ayer el último adiós al pequeño Anderson Gerardo López Cardona (11), quien fue sepultado en el cementerio de este municipio entre lágrimas, dolor y peticiones de justicia contra los autores del abominable crimen.

Desde tempranas horas los pobladores abarrotaron ayer la casa de los padres de Anderson para ser parte del velorio del pequeño asesinado el pasado lunes.

Los acusados del crimen son tres colegiales, que según el testimonio de vecinos, estos le exigían al menor 10 lempiras diarios a cambio de no golpearlo.

El lunes debido a que el niño no portaba el dinero, los supuestos asesinos (un joven de 18 años y dos menores de edad) lo raptaron y pretendían cobrar cuatro millones de lempiras por su rescate. Sin embargo, lo asesinaron a puñaladas y enterraron su cuerpo en el predio de una vieja escuela de Ilama.

Durante el velorio el féretro del niño permaneció abierto para que las personas pudieran ver por última vez a Anderson a través del cristal del ataúd, el cual estaba cubierto hasta la mitad por una bandera de Honduras.

Fueron tantas las personas que llegaron al sepelio que incluso se hacía fila para ver el cadáver del pequeño y afuera de la casa se instaló una carpa para quienes llegaron a acompañar a la familia en su momento de sufrimiento.

A las 3:00 pm de ayer el féretro con el cadáver del niño fue llevado a la iglesia católica del municipio, donde se celebró una misa. Después del acto religioso, a eso de las 4:00 pm, la familia del menor y los pobladores salieron en una lenta marcha, como es tradición, al cementerio local para enterrar el cuerpo de Anderson, quien cursaba el sexto grado de la escuela Leónidas Rivera. A pesar del intenso sol al entierro asistió una multitud, al grado que la calle se convirtió en un mar de gente durante la caminata hasta el camposanto.

El momento de sepultar al niño fue el más difícil, pues la familia del menor aún no acepta el cruel destino que sufrió el pequeño. “Debe haber justicia, las autoridades deben esclarecer que pasó”, dijeron los familiares, quienes se consuelan pensando en que Anderson ya está descansando como un ángel junto a Dios.

Sospechosos a prisión

Por el asesinato de Anderson se detuvo a tres jóvenes que son estudiantes del instituto Pascual Fajardo Fernández.

Dos son menores de edad, uno de ellos primo hermano del niño asesinado; el otro presunto involucrado tiene 18 años y su nombre es Arafat Martínez Caballero.

Los tres detenidos por el asesinato estaban en las instalaciones de la jefatura departamental 16 de Santa Bárbara, pero ayer a las 3:30 pm fueron llevados a los juzgados de la ciudad.

Los acusados se pusieron camisas sobre la cabeza, aunque por momentos tuvieron que quitárselas para escribir sus nombres en los libros de registro. Tras una hora en el juzgado donde se celebró la audiencia de declaración de imputado, a los dos menores se les impuso la medida de detención cautelar y al mayor de edad se le dictó detención judicial.

Los tres permanecerán detenidos hasta que se desarrolle la audiencia inicial en los próximos días. Los menores fueron enviados al centro de menores Renaciendo de Támara, Francisco Morazán, y el de 18 años quedó en el presidio de Santa Bárbara. Los tres están acusados de asesinato y privación de libertad. El 7 de julio será la audiencia inicial para Arafat Martínez Caballero. Mientras que el 1 agosto será la audiencia para los dos menores.

En estas audiencias se determinará la culpabilidad o inocencia de los sospechosos.

Defienden a sus hijos

Lourdes Caballero, madre de Arafat Martínez Caballero, uno de los acusados por el asesinato contra el niño de 11 años, asegura que su hijo es inocente.

“Mi muchacho no participó en esa muerte. A él solo le contaron los otros cipotes lo que hicieron”, aseguró la señora.

La madre relató cómo fue que su hijo se enteró de lo sucedido con Anderson.

“Los otros cipotes le enseñaron dónde habían dejado al niño, pero él no vio nada. Ese día él se fue a la casa, pero andaba aquello que sabía adentro. Cuando en la noche sonaron las campanas, todos nos despertamos y fuimos al parque, pero él se regresó rápido, estaba nervioso. Tenía eso y no sabía a quién decirle. Al fin le contó a otros cipotes y ellos le dijeron a otra gente y así se halló al niño, pero mi hijo es inocente; solo es testigo. Más bien ayudó a que se resolviera lo que pasó. Ojalá solo se diga la verdad”, declaró la progenitora. La señora indicó que su hijo solo conoce a los demás que son señalados por el crimen porque a veces jugaba fútbol con ellos, pero que no eran amigos cercanos ni llegaban a su casa a visitarlo.

“Mi hijo se graduó de mecánica industrial en un colegio técnico, y nunca ha tenido problemas con nadie. Trabaja con nosotros en el negocio de pimienta, que es común en esta zona”, expresó.

Por su parte, los detenidos por el crimen aseguran que ellos no mataron a Anderson, aunque admiten haber participado, pero solo excavando el hoyo en que se enterró al menor, lo cual hicieron según ellos porque fueron obligados por hombres armados.

El primo hermano de Andersón relató que el pasaba por el lugar cuando lo llamaron los hombres encapuchados que tenían al niño y que estos lo mandaron a excavar un hoyo amenazándolo con matar a su familia si decía algo.

Sin embargo, las autoridades aseguran que cuentan con suficientes indicios que vinculan a los tres detenidos con el asesinato del niño que cursaba el sexto grado y que soñaba con convertirse en un gran futbolista.