El universitario Carlos Cobos Alvarenga (20) fue ultimado a balazos en el barrio Barandillas la madrugada de ayer.
Los familiares del joven manifestaron que el hecho se produjo en la 9 avenida, 10 y 11 calles de dicho barrio, a eso de las 12:10 pm, a una cuadra de la casa del ahora occiso.
Dijeron que a esa hora escucharon varios disparos y no salieron a ver qué pasaba por temor, sin imaginarse que habían matado al joven, quien estaba cursando el segundo año de la carrera de Ingeniería Eléctrica en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras del Valle de Sula.
Los familiares de Cobos indicaron que hasta las 4:00 am de ayer salieron a ver qué pasaba porque observaron que en el lugar estaba una patrulla de la Policía.
La residencia donde vivía el joven Carlos Cobos Alvarenga, adonde llegaron ayer varias personas a solidarizarse con su familia.
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Indicó que el joven venía a pie a su vivienda y una cuadra antes de llegar lo atacaron a balazos.
Cobos manifestó que, según lo que le dijeron vecinos del lugar, a su hijo lo atacaron a tiros unos individuos que se transportaban en un turismo Kía Sephia blanco.
“El amigo a quien andaba visitando mi hijo trabaja con nosotros vendiendo gas”, dijo.
Manifestó que cuando miraron la patrulla la madrugada de ayer nunca se imaginó que su hijo estaba muerto en el lugar.
Cobos relató que le hizo 101 llamadas a su hijo en el transcurso de la madrugada y nunca le contestó.
Expresó que el objetivo de los delincuentes era matar a su hijo porque no le robaron nada.
El comerciante dijo que su hijo y su amigo tenían planeado ponerse a trabajar distribuyendo gas entre los dos para “rebuscarse”.
Parientes de la víctima afuera de la morgue forense cuando reclamaban su cuerpo.
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Dicen que en ese carro - Kia Sephia blanco- y otros vehículos andan unos tipos en el barrio y siempre que miran gente después de las 11 se paran y la tirotean”.
Al preguntarle qué pide él a las autoridades, Cobos expresó que “sea lo que Dios quiera”. Indicó que una de las metas de su hijo era graduarse de ingeniero eléctrico y después irse a trabajar a Estados Unidos e incluso ya tenía su visa de 10 años para viajar a ese país.
“Lo que queríamos era que él se graduara y trabajara para él porque tenemos nuestro patrimonio”, expresó Cobos, quien precisó que el ahora occiso era su segundo hijo.
Hasta ayer, las autoridades policiales no tenían ninguna hipótesis sobre la muerte del universitario.
El lugar en el barrio Barandillas donde mataron al joven la madrugada de ayer.
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