Tegucigalpa, Honduras.
Llanto, dolor, impotencia y una nube de misterio rodean el múltiple asesinato ocurrido la tarde del jueves en un taller de mecánica de la colonia La Sosa.
Unidades de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas montaban ayer operativos encubiertos a fin de capturar a los asesinos. Criminales con armas automáticas, chalecos antibalas y los rostros cubiertos con gorros pasamontañas acribillaron a balazos a ocho hombres que se encontraban en el taller de mecánica Elvir ubicado en el paseo El Sitio, Sector “E” de La Sosa, entre empleados y clientes.
Las víctimas mortales son José Antonio Peralta Ruiz (40), Norman Alexis Mejía Flores (18), Ángel Samuel Salgado Colindres (21), Teonis Ramsés Torres Ortiz (34), José Rafael Coello (27), Franklin Andrés Zepeda (32) y José Álberto Valladares (24), todos residentes en el mismo sector.
Ayer los fallecidos eran velados por familiares y vecinos en un ambiente de zozobra.
Veinticuatro horas después de la masacre, todavía los cuerpos de investigación policial no reportaban capturas.
Doña Andrea de Jesús Flores no logra explicarse las causas por las que mataron a su hijo Franklin Andrés.
Llanto, dolor, impotencia y una nube de misterio rodean el múltiple asesinato ocurrido la tarde del jueves en un taller de mecánica de la colonia La Sosa.
Unidades de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas montaban ayer operativos encubiertos a fin de capturar a los asesinos. Criminales con armas automáticas, chalecos antibalas y los rostros cubiertos con gorros pasamontañas acribillaron a balazos a ocho hombres que se encontraban en el taller de mecánica Elvir ubicado en el paseo El Sitio, Sector “E” de La Sosa, entre empleados y clientes.
Las víctimas mortales son José Antonio Peralta Ruiz (40), Norman Alexis Mejía Flores (18), Ángel Samuel Salgado Colindres (21), Teonis Ramsés Torres Ortiz (34), José Rafael Coello (27), Franklin Andrés Zepeda (32) y José Álberto Valladares (24), todos residentes en el mismo sector.
Ayer los fallecidos eran velados por familiares y vecinos en un ambiente de zozobra.
Veinticuatro horas después de la masacre, todavía los cuerpos de investigación policial no reportaban capturas.
Doña Andrea de Jesús Flores no logra explicarse las causas por las que mataron a su hijo Franklin Andrés.
