Santa Rosa de Copán.
La supuesta parricida que fue deportada de Estados Unidos y luego llevada al Hospital de Occidente por sospechas de COVID-19, regresará al centro penal en las próximas horas, tras dar negativo en las pruebas PCR.
Gloria Fajardo, directora de Salud en el departamento de Copán, informó que la mujer de 41 años tiene buen estado de salud y regresó al centro penal de Santa Rosa, adonde se le sigue un proceso legal por el supuesto delito de parricidio.
La fémina fue deportada de Estados Unidos el pasado lunes 27 de abril y capturada en el aeropuerto Ramón Villeda Morales, de San Pedro Sula, por tener una orden de captura pendiente por ser sospechosa del asesinato de su compañero de hogar, Wilmer Arita Ochoa.
El crimen ocurrió el 16 de septiembre de 2017.
Tras su captura, la mujer fue trasladada desde
San Pedro Sula al centro penal de Santa Rosa de Copán, sin embargo, horas más tarde fue llevada al
Hospital de Occidente, debido a que presentó síntomas relacionados con el nuevo coronavirus, según autoridades hospitalarias.
La deportada permaneció desde el 29 de abril hospitalizada en la sala de COVID-19 del referido centro asistencial y hoy, tras confirmarse que no está contagiada de coronavirus, fue dada de alta y trasladada de nuevo al centro de reclusión.
La supuesta parricida que fue deportada de Estados Unidos y luego llevada al Hospital de Occidente por sospechas de COVID-19, regresará al centro penal en las próximas horas, tras dar negativo en las pruebas PCR.
Gloria Fajardo, directora de Salud en el departamento de Copán, informó que la mujer de 41 años tiene buen estado de salud y regresó al centro penal de Santa Rosa, adonde se le sigue un proceso legal por el supuesto delito de parricidio.
La fémina fue deportada de Estados Unidos el pasado lunes 27 de abril y capturada en el aeropuerto Ramón Villeda Morales, de San Pedro Sula, por tener una orden de captura pendiente por ser sospechosa del asesinato de su compañero de hogar, Wilmer Arita Ochoa.
El crimen ocurrió el 16 de septiembre de 2017.
 La sala de COVID-19 del Hospital de Occidente quedó vacía hoy porque no hay más sospechosos.
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La deportada permaneció desde el 29 de abril hospitalizada en la sala de COVID-19 del referido centro asistencial y hoy, tras confirmarse que no está contagiada de coronavirus, fue dada de alta y trasladada de nuevo al centro de reclusión.
