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Reyerta entre mareros deja tres muertos y 30 heridos; una granada explotó en La Tolva

  • 17 junio 2021 /

Después del enfrentamiento de horas ayer en la mañana, autoridades hallaron en el módulo de la 18 un AK-47 y dos pistolas con sus cargadores.

    TEGUCIGALPA

    Las maras están tomando el control de las cárceles ante la ingobernabilidad de las autoridades penitenciarias.

    Diez días después de que una riña entre la MS y la 18 en El Pozo dejara un muerto y varios heridos, ayer La Tolva, otra cárcel de máxima seguridad, fue el escenario de un baño de sangre.

    El detonante fue el mismo, una granada de fragmentación explotó en las celdas. Esta vez en el penal de Morocelí, El Paraíso.

    Los informes preliminares establecen que tres presos murieron producto de una reyerta entre integrantes de la 18 y la mara Salvatrucha que se inició ayer a eso de las 8:00 am. El interior de la cárcel era un campo de batalla, donde agentes intentaban controlar la riña. Mientras afuera, decenas de familiares lloraban y gritaban exigiendo informes de sus seres queridos.

    Las tres víctimas mortales son Rosman Joel Salgado Solís, quien quedó muerto en la entrada del módulo de media seguridad; Óscar Monje Mendoza y Sergio Pineda Argueta, ambos murieron en la cancha frente al edificio de media seguridad, identidades que confirmó anoche el Ministerio Público.

    Además de las víctimas mortales, el enfrentamiento entre los mareros dejó 30 personas heridas, entre ellos dos miembros de la Policía Militar y un agente de la Policía Penitenciaria.

    El Hospital Escuela dio una lista de 15 heridos de bala que ingresaron en ambulancias.

    En las redes sociales circularon audios de ráfagas y explosiones que, según testigos, se prolongaron por horas en la prisión.

    Se informó que la explosión de la granada se produjo en el interior del módulo de mínima seguridad, lugar donde permanece la población penitenciaria que integra la pandilla 18, pues hace unos días se determinó alternar los módulos entre los privados de libertad de la 18 y la mara Salvatrucha.

    Los reos, que tras la reyerta resultaron con heridas de gravedad, fueron trasladados a la sala de emergencias del Hospital Escuela y los demás al hospital regional Gabriela Alvarado, de Danlí. Cientos de parientes se aglomeraron desesperados en el Hospital Escuela y frente a la cárcel tratando de averiguar sobre reos presos. Situación que continuó hasta anoche.

    28 cárceles hay en Honduras, que albergan cerca de 22,000 presos, calificadas por expertos como centros desde donde se dirigen asesinatos, extorsiones, secuestros y otros delitos.

    Balacera

    Una granada fue lanzada en el módulo de la pandilla 18, alrededor de las 8:00 am, y según reos, cayeron otras dos, una en la cancha donde se jugaba un partido de fútbol.

    Desde ese momento se empezaron a escuchar disparos en el interior del penal y se extendieron por casi cuatro horas. En los videos que circularon en redes sociales se podía observar que policías militares estaban en el techo de uno de los módulos dando seguridad.

    A medida que pasaban los minutos, el ambiente se volvía más tenso en la cárcel en Morocelí debido a que los disparos no cesaban. Las autoridades penitenciarias solicitaron refuerzos para controlar a los presos.

    Al filo de las 12:00 del mediodía, ambulancias de la Cruz Roja y del Sistema Nacional de Emergencia 911 se desplazaron al lugar para dar asistencia.

    Pero el ingreso de los socorristas al módulo donde permanecían los heridos fue tardío, pues se seguían escuchando disparos, se desconoce si por los grupos rivales o por los custodios penitenciarios que con las detonaciones pretendían disuadir la riña.

    229 presos perdieron la vida dentro de las cárceles desde 2010 hasta el mes de octubre de 2020, según las estadísticas.
    Hasta cuando se dejaron de escuchar disparos, los socorristas ingresaron y empezaron a atender a los reclusos heridos y después de las 2:00 pm salieron con el primer grupo que estaba en condiciones delicadas para que fueran atendidos en los hospitales, tanto en Tegucigalpa como en el de Danlí.

    Decenas de familiares solicitaban a las autoridades que informaran de la situación que estaba pasando, corrían tras las ambulancias, pues querían saber en qué condiciones se encontraban los presos.

    Al filo de las 3:25 pm empezaron a llegar las ambulancias al principal centro asistencial del país. Las sirenas de los vehículos de la Cruz Roja, Sistema Nacional de Emergencia y patrullas de la Policía Nacional se escucharon para abrir paso ya que se había registrado la emergencia en la cárcel de la zona oriental.

    Pasadas las 4:00 pm, cuatro ambulancias de la Cruz Roja y otro número del 911 se trasladaron de nuevo a la cárcel, pues en el interior habían quedado presos heridos, pero que estaban en condiciones estables.

    Silencio

    Ninguna autoridad del Instituto Nacional Penitenciario se pronunció para confirmar la cantidad de personas fallecidas, al igual que de los que resultaron heridos que dejó el cruce de balas. Nadie se acercó a dar información a familiares.

    A pesar de que en el interior del penal ya había vuelto la calma, llegaron camiones con agentes de la Policía Militar y Policía Penitenciaria para evitar que los presos retomaran los actos violentos.

    La medida fue tomada luego de que surgieron amenazas que en el penal de El Porvenir en el Valle de Siria y en la Penitenciaría Nacional en Támara también se iban a registrar motines.

    Personal de Medicina Forense, Ministerio Público y Dirección Policial de Investigaciones (DPI) llegaron al penal a reconocer y hacer el levantamiento de los tres cuerpos que quedaron en el módulo de mínima seguridad.

    A las 7:20 pm se realizó el traslado de los cadáveres desde el centro penal hasta la morgue de Medicina Forense.

    Los equipos de la DPI levantaron evidencias en el lugar de la escena donde perdieron la vida los tres privados de libertad y 30 resultaron heridos, de estos 15 de gravedad.

    En requisas que las autoridades realizaron en el módulo de la pandilla 18 encontraron un fusil AK-47 con su cargador y dos pistolas con sus cargadores.

    Hugo Maldonado, coordinador del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras, afirmó que “mientras siga el contubernio entre personal del Instituto Nacional Penitenciario y los grupos antisociales recluidos al interior de los centro penales, vamos a seguir contando muertos y heridos”.

    Foto: La Prensa