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Recluso hondureño condenado a 1,018 años se porta bien

  • 11 agosto 2015 /

Se trata de Héctor Wilfredo Jiménez Maldonado, quien se encuentra preso desde 2004.

Santa Rosa de Copán, Honduras

Es considerado uno de los reos de alta peligrosidad en el centro penal de este municipio; no obstante, autoridades penitenciarias aseguran que el hombre que purga una pena de 1,018 años y cuatro meses de reclusión es una persona que se comporta “como el resto de sus compañeros” reclusos.

Se trata de Héctor Wilfredo Jiménez Maldonado, quien se encuentra preso desde 2004 y que debe permanecer recluido por el resto de sus días.

Jiménez Maldonado es una de las personas sentenciadas a la referida pena por encontrarlo culpable de los delitos de asesinato en perjuicio de varias personas, así como tentativa de homicidio.

Según personal penitenciario en Santa Rosa de Copán, el recluso fue trasladado de La Ceiba a Copán debido a que su vida corría peligro en aquella ciudad.

De acuerdo con el expediente, Jiménez contribuyó al asesinato de 69 personas en el centro penal de El Porvenir, ocurrido en La Ceiba el 5 de abril de 2003, tiempo en que estaba ingresado por otros delitos que no fueron precisados.

'Nunca han recibido quejas de él'

Indicaron que el hombre, cuya edad es 46 años, presenta un buen comportamiento en el centro penal, “nunca he recibido quejas de él, aparentemente es una persona que se porta bien”, indicó la fuente.

Aseguraron que el recluso se ha involucrado en actividades como la cocina, venta de comidas en el interior del centro, así como la confección de hamacas, todo para mantenerse ocupado dentro del encarcelamiento.
Jiménez comparte con otros 20 presos su celda en el centro penal.

El personal administrativo del presidio de Santa Rosa de Copán informó que el Estado invierte al menos 30 lempiras diarios en cada recluso, por lo que, en relación con otros años, los reos tienen una dieta mejor que incluye carnes y vegetales.

“Por la pena a la que fue condenado y los delitos cometidos, le consideramos un recluso de alta peligrosidad; sin embargo, se trata de una persona que actúa normal y que al parecer no tiene problemas con otros internos”, indicó una autoridad del reclusorio.

Las autoridades penitenciarias no permitieron el acceso al recluso.