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'Me subí al bus, le dije que era un asalto y lo maté”

  • 03 marzo 2019 /

La Fuerza Nacional Antimaras (FNAMP) ha capturado este año a nueve mujeres. Están acusadas de extorsión, asesinatos y tráfico de drogas.

San Pedro Sula, Honduras

“Me dieron la orden de matar a un taxista porque no quería pagar. Con el otro me subí al bus y le dije que era un asalto y le disparé”, confesó con frialdad una pandillera de la 18.

Su relato forma parte del expediente. La jovencita contó que en el tiempo que estuvo en la pandilla participó en crímenes contra taxistas y conductores de buses y cobraba extorsiones, entre otros delitos.

Operativos
Las autoridades de la FNAMP aseguran que este año aumentarán las operaciones para combatir a las maras
“No hay forma de salirme de la pandilla, al principio uno lo mira como un jardín de flores, ahora no me puedo salir porque me matan”, agregó la joven que a pesar de su corta edad llegó a ser líder de la pandilla 18.

Las mujeres, entre ellas menores de edad, están siendo usadas como anzuelo para cometer actos delictivos de las maras. Jóvenes, niñas y algunas hasta abuelas están tomando las riendas de la criminalidad.

En lo que va del año, solo en la zona norte, la Fuerza Nacional Antimaras (FNAMP) ha capturado a nueve mujeres consideradas de alta peligrosidad en las organizaciones criminales.

Entre las detenidas hay amigas sentimentales de los jefes de las pandillas, ellas obtienen algún tipo de liderazgo que las obliga a cometer delitos, como asesinatos, no solo de bandas contrarias, sino de transportistas y comerciantes.

La FNAMP tiene en la mira a otras mujeres que lideran sicariatos, extorsiones y administran las armas y dinero producto de las acciones criminales.

Las autoridades están en alerta porque la mayoría de las responsables de varios delitos son mujeres jóvenes y menores de edad, pero que en su trayectoria tienen múltiples delitos que al momento de ser capturadas los confiesan solo aduciendo que son órdenes del “barrio”, es decir, de la pandilla.

Foto: La Prensa

Loany Rocío Reyes Lara y Susana Godoy Leiva, alias la Buler.
Una de las capturas más recientes fue la de Katerin Yissel Rivas García, identificada como una de las encargadas de llevar y traer información a su compañero sentimental Wilmer de Dios Herrera, alias el Terma, uno de los fundadores de la pandilla 18 en la zona norte del país que está recluido en El Pozo, Ilama, Santa Bárbara.

En la colonia San Antonio, de Chamelecón, después de varios días de seguimiento, detuvieron a Cristina Abigaíl Rodríguez Trejo, alias la Mexicana (de 47), quien según los agentes de la Fuerza Antimaras se dedicaba desde hace más de 14 años a cometer ilícitos, como la recolección y traslado de dinero producto de la extorsión, almacenamiento de armas, y actualmente una de sus funciones era llevar y traer instrucciones a los centros penales de máxima seguridad, mediante cartas y memorias micro SD. La Mexicana, al momento de ser detenida, aparecía como difunta según una nota marginal del Registro Nacional de las Personas (RNP), por lo que lograba evadir a las autoridades.

Otra captura de impacto fue la de la Inquieta. La muchacha de 17 años era buscada por estar vinculada en los crímenes de tres conductores del transporte público.

A Suany Yarelith Guzmán Hernández (de 18) la sindican como pandillera de la 18 y sería la líder en al menos 12 colonias del sector El Kilómetro, en Choloma. Durante varios días le daban seguimiento por estar identificada como una de las líderes de la pandilla y ser la sospechosa de estar al mando en los asesinatos de los taxistas Jonathan López Delcid (de 23) y Kevin Mejía (de 22) en la colonia La Jutosa, de Choloma.

De banderas pasaron a cobrar extorsiones y sicariato
Riesgo social, falta de oportunidades para educación y empleo y desintegración familiar, son algunos factores influyentes para que menores edad estén ingresando en las diferentes estructuras criminales, en especial a las pandillas.

Según investigaciones de las autoridades, las menores ingresan primero como espías o “banderas”, estos son los que avisan a los otros miembros de las pandillas sobre la llegada de autoridades o personas desconocidas a los barrios o colonias donde residen. Después de un tiempo les dan otras responsabilidades, como la venta y distribución de drogas, y las entrenan para que cobren extorsión y hasta sicariato. Ahora son utilizadas para que lleven y traigan mensajes de los jefes de las pandillas que están recluidos en los centros penales.

El viernes, Bessy Osiris Amador (de 21), quien visitaba a su compañero de hogar Henry Gerónimo Peñalva Martínez y Yennifer Alexandra Ordóñez Molina (de 21), quien visitaba a Kensy José Mejía Galindo, fueron detenidas cuando pretendían ingresar en La Tolva en Morocelí, El Paraíso, unos paquetes de marihuana en sus partes íntimas. Ambas fueron puestas a la orden de la DPI para que se les inicie el proceso judicial por facilitación de los medios del transporte para la posesión y tráfico ilícito de drogas.