14/07/2025
01:49 PM

'Nosotros le pedimos a Rosa que no los denunciara”

'Si yo hubiera estado allí, aunque me hubieran matado no habría permitido que te pasara nada, mamita', repetía entre lágrimas Juana Rosa, hija de Rosa Aguilar, una mujer de 71 años a quien pandilleros, en venganza tras denunciarlos, le segaron la vida la madrugada del pasado lunes.

'Si yo hubiera estado allí, aunque me hubieran matado no habría permitido que te pasara nada, mamita', repetía entre lágrimas Juana Rosa, hija de Rosa Aguilar, una mujer de 71 años a quien pandilleros, en venganza tras denunciarlos, le segaron la vida la madrugada del pasado lunes.

Las lágrimas de Juana Rosa son de dolor, rabia e impotencia de no poder hacer algo contra quienes en una forma despiadada ultimaron a la anciana.

Entre el llanto y la consternación, familiares y vecinos de la colonia Cruz Roja repudiaban que esta mujer, fiel seguidora del Partido Liberal, se sumara a las estadísticas de violencia por defender lo suyo: un equipo de sonido que le habían robado dos semanas atrás sus victimarios.

'Doña Rosa murió sola, sin que nadie pudiera auxiliarla y de eso se aprovecharon los malvivientes', comentaban los vecinos durante el sepelio en el cementerio de la localidad. El crimen ocurrió a eso de las dos de la madrugada, mientras la anciana dormía en su vivienda. Aunque el lunes se detuvo a dos menores, uno de ellos hermano de uno de los pandilleros, y a una hija adoptiva de la señora, los jóvenes fueron puestos en libertad ayer.

Lo presentía

Cansada de observar los delitos que los pandilleros cometían en su barrio y en otros lugares, doña Rosa se armó de valor muchas veces y les advirtió que dejaran de molestar, de lo contrario los denunciaría.

Eso fue hasta hace unas semanas, pero el pasado 19 de junio Leonel Cáceres Canales y Moisés Rodríguez, ambos pandilleros de la mara Salvatrucha, se metieron a robar a su casa y le llevaron un equipo de sonido y otros enseres. Dos días después, el 21 de junio, fueron capturados por la Policía Preventiva en posesión de 52 carrucos de marihuana, una bicicleta y un celular.

Maritza Rodas, hija de doña Rosa, clama justicia.

Maritza Rodas, hija de doña Rosa, clama justicia.

Tras darse cuenta, doña Rosa acudió a la Policía y los identificó como las personas que se llevaron sus pertenencias. Ese mismo día, los agentes realizaron un allanamiento en varias casas. En una de ellas, donde residía uno de los pandilleros, encontraron el aparato de sonido, el cual horas después fue devuelto a la señora. Los sujetos fueron puestos a la orden de la fiscalía de turno junto con las evidencias, para luego ser trasladados a los tribunales correspondientes.

'Los remitimos porque teníamos la plena convicción del delito de tráfico de drogas, pero lastimosamente nos interrumpen el trabajo al dejarlos libres', expresó el clase I y encargado de la posta de Potrerillos, José Alfredo Zúniga, tras confirmar que estos sujetos ya han participado en la muerte de otras personas y mantienen en zozobra a todo el municipio. Según las autoridades, hicieron todos los trámites y les dictaron detención judicial; sin embargo, en la audiencia inicial los habrían dejado libres.

'Los remitimos e hicimos todos los trámites porque había evidencias, pero tenemos un límite y no pudimos hacer más', expresó Nelson Pavón, fiscal de turno. Tras quedar libres, los malvivientes volvieron a intimidar a los vecinos de esta colonia, entre ellos a doña Rosa, quien presintiendo la muerte llegó a la posta a preguntar por qué los habían liberado, sin pensar que moriría a manos de estos sujetos, quienes sin piedad la golpearon y la degollaron con un pico de botella.

'Le decíamos que no denunciara, que dejara las cosas así, pero no nos escuchó', comentó uno de sus hermanos, quien por seguridad omitió su nombre.

El sacerdote Emilio Quiroz, minutos después de realizar una misa y despedir el cuerpo de la anciana, refirió: 'Los discípulos del diablo se están llevando a los ángeles de Dios'.

El párroco condenó esta muerte e instó a la ciudadanía a no dejarse intimidar por la violencia, la cual cada día se roba la paz.

No soportan delincuencia

Potrerillos. 'Si yo hubiera estado allí, aunque me hubieran matado no habría permitido que te pasara nada, mamita', repetía entre lágrimas Juana Rosa, hija de Rosa Aguilar, una mujer de 71 años a quien pandilleros, en venganza tras denunciarlos, le segaron la vida la madrugada del pasado lunes.

Las lágrimas de Juana Rosa son de dolor, rabia e impotencia de no poder hacer algo contra quienes en una forma despiadada ultimaron a la anciana.

Entre el llanto y la consternación, familiares y vecinos de la colonia Cruz Roja repudiaban que esta mujer, fiel seguidora del Partido Liberal, se sumara a las estadísticas de violencia por defender lo suyo: un equipo de sonido que le habían robado dos semanas atrás sus victimarios.

'Doña Rosa murió sola, sin que nadie pudiera auxiliarla y de eso se aprovecharon los malvivientes', comentaban los vecinos durante el sepelio en el cementerio de la localidad. El crimen ocurrió a eso de las dos de la madrugada, mientras la anciana dormía en su vivienda. Aunque el lunes se detuvo a dos menores, uno de ellos hermano de uno de los pandilleros, y a una hija adoptiva de la señora, los jóvenes fueron puestos en libertad ayer.

 Minutos antes del sepelio se celebró una misa.

Minutos antes del sepelio se celebró una misa.

Lo presentía

Cansada de observar los delitos que los pandilleros cometían en su barrio y en otros lugares, doña Rosa se armó de valor muchas veces y les advirtió que dejaran de molestar, de lo contrario los denunciaría.

Eso fue hasta hace unas semanas, pero el pasado 19 de junio Leonel Cáceres Canales y Moisés Rodríguez, ambos pandilleros de la mara Salvatrucha, se metieron a robar a su casa y le llevaron un equipo de sonido y otros enseres. Dos días después, el 21 de junio, fueron capturados por la Policía Preventiva en posesión de 52 carrucos de marihuana, una bicicleta y un celular. Tras darse cuenta, doña Rosa acudió a la Policía y los identificó como las personas que se llevaron sus pertenencias. Ese mismo día, los agentes realizaron un allanamiento en varias casas.

En una de ellas, donde residía uno de los pandilleros, encontraron el aparato de sonido, el cual horas después fue devuelto a la señora. Los sujetos fueron puestos a la orden de la fiscalía de turno junto con las evidencias, para luego ser trasladados a los tribunales correspondientes. 'Los remitimos porque teníamos la plena convicción del delito de tráfico de drogas, pero lastimosamente nos interrumpen el trabajo al dejarlos libres', expresó el clase I y encargado de la posta de Potrerillos, José Alfredo Zúniga, tras confirmar que estos sujetos ya han participado en la muerte de otras personas y mantienen en zozobra a todo el municipio. Según las autoridades, hicieron todos los trámites y les dictaron detención judicial; sin embargo, en la audiencia inicial los habrían dejado libres.

'Los remitimos e hicimos todos los trámites porque había evidencias, pero tenemos un límite y no pudimos hacer más', expresó Nelson Pavón, fiscal de turno. Tras quedar libres, los malvivientes volvieron a intimidar a los vecinos de esta colonia, entre ellos a doña Rosa, quien presintiendo la muerte llegó a la posta a preguntar por qué los habían liberado, sin pensar que moriría a manos de estos sujetos, quienes sin piedad la golpearon y la degollaron con un pico de botella.

'Le decíamos que no denunciara, que dejara las cosas así, pero no nos escuchó', comentó uno de sus hermanos, quien por seguridad omitió su nombre.

El sacerdote Emilio Quiroz, minutos después de realizar una misa y despedir el cuerpo de la anciana, refirió: 'Los discípulos del diablo se están llevando a los ángeles de Dios'.

El párroco condenó esta muerte e instó a la ciudadanía a no dejarse intimidar por la violencia, la cual cada día se roba la paz.