Santa Cruz de Yojoa. La imprudencia al volante vuelve a cobrar vidas humanas. Dos jóvenes murieron ayer cuando una camioneta impactó con un rapidito.
El hecho ocurrió a las 5:30 am de ayer a inmediaciones de la aldea La Guama del municipio de Santa Cruz de Yojoa, en el kilómetro 160.
Las víctimas responden a los nombres de Carlos Humberto Erazo (20), conductor de la unidad de transporte, y Diana Alejandra Chávez (18), pasajera.
El microbús viajaba de Peña Blanca a Santa Bárbara, cuando según el informe de Tránsito la camioneta se metió al otro carril y provocó el mortal accidente.
En el hecho también resultaron heridas dos personas: Luis Fernando Jiménez, ayudante de la unidad de transporte, y el chofer de la camioneta Raúl Enrique Fernández. Ambos fueron trasladados al hospital Mario Rivas de San Pedro Sula.
Héctor Francisco Irías, suboficial de la Dirección Nacional de Tránsito, manifestó que lo que pudo haber provocado el hecho fue la imprudencia del conductor de la camioneta.
“El conductor de la camioneta rebasó a otro vehículo, y no se percató de que venía el microbús en su carril de preferencia que viajaba de Peña Blanca a Santa Bárbara”, explicó Irías.
Vecinos reportaron el hecho, por lo que miembros del Cuerpo de Bomberos y de la Cruz Roja llegaron a la escena para prestar los primeros auxilios a los lesionados. En el rapidito solo viajaban el motorista, el ayudante y la pasajera.
Un viernes que nunca llegará
“Nos vemos el viernes, papi”, fueron las últimas palabras que escuchó Óscar René Chávez, padre de Diana Chávez, cuando la dejó en el punto del rapidito de transporte público de la empresa Etimol, que cubre la ruta Peña Blanca-Santa Bárbara.
La joven cursaba su primer año de magisterio en la Escuela Normal Mixta de Santa Bárbara. Los padres de Carlos Humberto Erazo, el conductor de la unidad, se presentaron al lugar del incidente. Conmocionados no aceptaban lo sucedido.
Erazo era el único hijo de la familia y se dedicaba a conducir varias unidades de transporte pertenecientes a su padre.
“Mi hijo era muy prudente para conducir, ya que yo le aconsejaba que en sus manos estaba la vida de muchas personas”, agregó el padre en medio del dolor al ver a su hijo muerto.
El ayudante agradeció haber sobrevivido. “Estoy vivo de milagro”, dijo Luis Fernando Jiménez, quien contó que venía dormido al momento del impacto. Los familiares de las víctimas se llevaron los cadáveres para sepultarlos. Las autoridades locales de Tránsito investigarán si el conductor de la camioneta la conducía bajo los efectos del alcohol.
Con estas, las muertes por accidentes viales suman a más de 76 en todo el país, en lo que va del año.