Tegucigalpa, Honduras
Cinco hombres perdieron la vida en una emboscada ocurrida en el tramo carretero que conecta a La Venta del Sur con Reitoca y otros municipios de Francisco Morazán.
El ataque armado podría tener relación con otro crimen que ocurrió en horas de la madrugada en Reitoca, adonde un hombre fue acribillado a balazos.
En el caserío de Potrerillos o Los Pocitos, Opimuca, La Venta del Sur, las autoridades levantaron los cadáveres de Marcelino Ortega Alvarado (36), pastor evangélico, Rigoberto Hernández Flores (29), Marcos Antonio Galo Pérez (27) y de otros dos hombres de los que no se logró saber la identidad.
Los cinco fueron acribillados a balazos por criminales que se conducían en un carro, quienes los interceptaron cuando se conducían en dirección a La Venta del Sur con un hombre herido y un acompañante en la paila del carro conducido por Ortega Alvarado.
De los ocupantes que viajaban en el automotor sobrevivió un joven, quien corrió por los matorrales en medio de la balacera.
A las cinco víctimas mortales se sumó otro hombre identificado como Wilmer Alfredo Cerrato Cruz, quien fue herido de bala cuando participaba en una vigilia en Reitoca.
 En este pick-up se conducían las víctimas cuando fueron atacadas a balazos.
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Hechos
Todo comenzó a las 2:30 pm en la aldea El Higuerito, Reitoca, adonde un criminal no identificado le disparó a Cerrato Cruz en el momento que participaba en una vigilia de la iglesia evangélica Peniel.
El hombre fue conducido herido a un centro de salud, adonde expiró.
El pastor Ortega Alvarado se comprometió con los dolientes de ayudarles a conseguir el ataúd, por lo que en horas de la mañana salió de Curarén a Choluteca acompañado por Hernández Flores, Galo Pérez y el sobreviviente en un pick-up marca Toyota, color azul, con placas PAD-7420.
Según testigos, en el trayecto hallaron a un hombre herido acompañado por un supuesto familiar que les pidió ayuda, por lo que lo subieron a la paila sobre una colchoneta.
Apenas habían avanzado unos dos kilómetros cuando en una cuesta se les atravesó un pick up Nissan Navara, del cual se bajaron cuatro hombres armados, quienes sin mediar palabras acribillaron primero a las personas que se conducían en la paila; luego ultimaron al pastor Ortega Alvarado, quien manejaba el carro; su otro acompañante logró bajarse rápido y corrió por un matorral.
Ya herido, el líder de la iglesia Peniel avanzó unos 200 metros cuesta arriba en su automóvil y tras expirar cayó a una hondonada.
Cuatro cuerpos quedaron en la paila y uno en la cabina.
